La actividad física es recomendada, pero hay algunos casos que pueden incrementar las crisis asmáticas.
Los niños pueden hacer el deporte que les guste siempre y cuando tengan un adecuado control de la enfermedad. Pero hay algunos que pueden ser muy exigentes, prolongados y que pueden causar mayor aumento de la frecuencia de la respiración.
Los deportes más asmógenos son los de actividad sostenida como atletismo, ciclismo, gimnasia, remo, patinaje sobre hielo y esquí, estos últimos por el ambiente frío y seco donde se practican. Y también hay deportes menos asmógenos como los deportes secuenciales como la natación, tenis, bádminton, judo,