Padres e hijos

¡Tiene manías!

Son pequeños, pero ya saben lo que quieren y lo que no. Y aunque a veces sus gustos te sorprendan, a ellos les dan seguridad y les ayudan a reafirmar su personalidad.

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Son pequeños, pero ya saben lo que quieren y lo que no. Y aunque a veces sus gustos te sorprendan, a ellos les dan seguridad y les ayudan a reafirmar su personalidad.

Clara siempre quiere vestirse de rosa y mamá ya está un poco harta. Ismael sólo juega con autobuses de juguete, y además de dos pisos. Gema no se duerme sin colocar sus muñecos y peluches en fila como si estuviesen en la cola de un cine. Gerardo siempre quiere ponerse la camiseta del monstruo comegalletas para ir a la guardería. 

Todos las tenemos

Las pequeñas manías dan el toque pintoresco a la personalidad de cada cual. No debe sorprendernos, porque todas esas cosas les dan seguridad. Los niños, en sus primeros años, aman los rituales y la repetición. Y eso se acentúa en momentos y situaciones que les crean ansiedad: quedarse a oscuras para dormir, los primeros días del colegio, etcétera. Además, esas manías son las primeras manifestaciones de un carácter que empieza a afirmarse.

Para dormir

Las reinas de todas las manías infantiles en el mundo, son las que surgen a la hora de ir a la cama. A muchos padres les parecen excesivos los «gustos» de sus hijos para conciliar el sueño y creen que están exagerando. Pero ¿de qué nos extrañamos? Muchísimos adultos también tenemos rituales y costumbres que parecen protegernos y tranquilizarnos cuando nos vamos a dormir. ¿No necesitamos muchos de nosotros, antes de acostarnos, ver un rato la tele, mirar una vez más el correo electrónico, comprobar dos veces las llaves del agua, dejas las pantuflas en paralelo junto a la cama, o leer unas páginas de un libro previo a apagar la luz? Si no lo hacemos así, parece que nos falta algo… pues a los peques les pasa igual.

Ya hemos dicho que las pequeñas manías les dan seguridad. Rodearse de las cosas que les son familiares, que les generan confianza, realizar el mismo ritual y en el mismo orden, todo eso le ayuda a dormir. Ten un poco de paciencia y conseguirás que se sienta seguro y que se vaya a la cama tranquilito. Es una «manía» que entra dentro de lo normal.

Para comer

Existen unas muy frecuentes, como empeñarse en comer siempre con la misma cuchara, en el mismo plato y en la misma silla. Otro tema es rechazar ciertas comidas; la lista es amplia y conocida: el pescado, las verduras… Además, si de ellos dependiese, algunos niños sólo se alimentarían de pasta, arroz, papas fritas o dulces. Como nos ocurre a los adultos, hay alimentos que les gustan más que otros.

Los padres deben tener cierta flexibilidad y asegurarse de poner a disposición de sus hijos una gama completa de alimentos. Haz más atractiva la comida que menos les apetezcan pero que sea fundamental para su desarrollo.

Para vestir

Algunos niños no aceptan ponerse una prenda nueva. Como Jaime, quiene rechazaba la preciosa y carísima pijama que mamá le había comprado. Algunos niños se empeñan en ponerse la misma ropa a diario, incluso para dormir. Y el colmo: ¡están los que quieren andar desnudos todo el tiempo!

Por otro lado, debes comprobar si esas prendas que rechazan realmente les pican o molestan. En cuanto a los que no toleran desprenderse de su ropa preferida, puedes dejar que te echen una mano a la hora de lavar y explicarles que debe hacerse para que huela bien y esté bonita, como a ellos les gusta. Por otro lado explícales que hay que usar ropa.

Foto: Shutterstock

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