Pros y contras de comer carne roja
La carne roja es la que proviene de animales como vacas, caballos o toros y puede ser beneficiosa en cantidades justas.
La carne roja puede ser una excelente fuente de hierro y otras vitaminas, aunque en determinadas ocasiones, puede ser causante de algunas enfermedades.
A la hora de comer carne roja hay que identificar que esta sea del color que le da nombre, ya que será un indicio de cuán fresca es. La carne roja proviene de diferentes cortes de carne de vacuno, ternera, cerdo, cordero, carnero, caballo y cabra, así como la carne picada y las hamburguesas elaboradas con estos tipos de carne.
Muchas veces el problema existe al no saber diferenciar entre carne roja fresca y la procesada. Estas últimas suelen pasar por una serie de tratamientos, "la mayoría de las veces para mejorar la conservación. Incluyen productos cárnicos salados, curados, fermentados o ahumados, como el tocino, el jamón ahumado y el pepperoni, las salchichas, la carne en conserva y la carne seca de vacuno, así como la carne enlatada, y los preparados y las salsas a base de carne", de acuerdo con Food Facts for Healthy Choices.
El problema con las carnes procesadas es que a menudo contienen carne de cerdo o ternera, pero también se pueden elaborar a partir de carnes que no son rojas, por ejemplo, las salchichas de pollo o las rebanadas de pavo.
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Contras
La clave está en tener en cuenta el tipo y la cantidad de carne que comemos, así como la frecuencia con la que lo hacemos.
De acuerdo con el texto "Consumo de carne: información y prevención son claves para evitar incidentes", algunas enfermedades se pueden presentar si no se toman ciertos recaudos a la hora de preparar este alimento:
- Enfermedades zoonóticas, transmitidas a las personas por contacto directo con animales infectados, a través de algún fluido corporal o por consumo de alimentos de origen animal que no cuentan con los controles sanitarios correspondientes. Entre ellas: hidatidosis, brucelosis, leptospirosis y triquinosis.
- Enfermedades causadas por mala manipulación en la preparación de alimentos de origen cárnico. Entre ellas: salmonelosis, síndrome urémico hemolítico o botulismo alimentario, básicamente carnes o restos de carnes crudas.
- En el campo, la elaboración de embutidos y otros productos cárnicos de manera casera, se puede producir de manera clandestina. Cuando aparecen casos de enfermedades resultantes de una faena clandestina, se disparan las alarmas epidemiológicas.
Pros
"La carne, en su forma no procesada, es una fuente de proteínas de alta calidad y proporciona muchas vitaminas y minerales en formas que nuestro cuerpo digiere y absorbe fácilmente, lo que puede ayudarnos a incorporar diferentes nutrientes necesarios", asegura el sitio.
La carne roja es fuente de alto contenido de vitamina B, zinc, y, sobre todo, una fuente segura de hierro de fácil absorción (hierro hemo), vitamina B12 y selenio, algunos nutrientes que suelen faltar en dietas vegetarianas o veganas no planificadas, o que están presentes en ellas, pero de manera insuficiente.
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"La carne también contiene diferentes tipos y cantidades de grasa, que varían según el corte de carne y la especie, la edad, el sexo, la raza y la alimentación del animal. El contenido de grasa en la carne determina en parte su mayor valor calórico aunque, considerando el aspecto positivo, también la convierte en una fuente de vitaminas liposolubles, como la vitamina A". Además, la carne roja suele tener una mayor cantidad de grasas saturadas que las aves de corral, pero se puede reducir esa cantidad si se elimina la grasa visible y se evita agregar grandes cantidades de grasa (como mantequilla, manteca de cerdo o aceites) al cocinarlas.
¿Cuál es la cantidad recomendada?
La recomendación específica sobre el consumo periódico varía según el país, aunque la mayoría sugiere una ingesta máxima de 500 g de carne roja por semana.
Sugerencias para consumir carne roja en justa medida
- Evita la carne procesada e intenta que la porción de carne roja no supere la cuarta parte del total de carne que come.
- No descuides el tamaño de las porciones. Como regla general, una porción de carne debe tener aproximadamente el tamaño de la palma de la mano.
- Sustituye la mitad del contenido de carne en la comida con proteínas vegetales como semillas secas (judías, lentejas, garbanzos, etc.).
- Incorpora carne combinaba con proteína vegetal. Un ejemplo son las hamburguesas elaboradas a partir de una combinación de carne molida y proteína de guisantes.
- Puedes empezar a cambiar la dieta definiendo qué días y en qué comidas no comerás carne.
- Cocina tofu, seitán y semillas secas, o las versiones vegetarianas de tus comidas habituales.
- Si bien existen varias alternativas a la carne que son más convenientes y pueden resultar apetecibles, siempre recuerda tener en cuenta el valor nutricional.
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