Estimulación: aciertos y errores
Cada vez se habla más de estimulación, de potenciar las capacidades del bebé. Pero, ¿qué es exactamente estimular? Y sobre todo, ¿qué no es?
Cada vez se habla más de estimulación, de potenciar las capacidades del bebé. Pero, ¿qué es exactamente estimular? Y sobre todo, ¿qué no es?
Estimular a tu hijo no es seguir con él una clase magistral, es jugar juntos y realizar actividades que fortalezcan el vínculo emocional entre ambos. Estimular también es ofrecerle experiencias y sensaciones adecuadas a su edad y a su ritmo de desarrollo, vivencias que le permitan conocer y relacionarse mejor con el mundo que le rodea.
Los aciertos de estimular
1. Conocer las pautas generales. Si buscas en Google las palabras « calendario de desarrollo del niño», encontrarás diversas tablas con los logros principales del bebé en sus distintas etapas de crecimiento. Así podrás hacerte una idea del momento en que aparece cada hito.
2. Respetar su ritmo. Recuerda que este tipo de calendarios de habilidades son orientativos y flexibles.
3. Entender las diferencias. Ten en cuenta que los niños y las niñas no se desarrollan igual. Esto no significa que un sexo sea superior al otro, solo quiere decir que son diferentes. Por ejemplo, las áreas del hemisferio izquierdo destinadas al lenguaje están más desarrolladas en el cerebro de las niñas. Los niños, por su parte, las superan en visualización espacial. Si conoces lo que los diferencia, podrás concentrarte en los puntos fuertes de tu bebé y animarlo para que refuerce los débiles.
4. Pasar un buen rato. La base de la estimulación es el juego y el amor. Así que a pasarlo bien y a derrochar cariño.
5. Ir paso a paso. Los niños deben adquirir una habilidad para pasar a la siguiente. Los estímulos deben fomentar la aparición de cada una en el momento adecuado.
6. Hacerlo sentir feliz por sus logros. Sonríe cuando consiga agarrar la sonaja y sacar ruidito de él, aplaude cuando dé sus primeros pasos… Así adquirirá confianza en sí mismo y querrá aprender más.
Los errores de estimular
1. Convertirlo en una obligación. Aquí no funciona eso de «todos los días a la misma hora». Improvisar, salirse de la rutina y cambiar de planes también aporta estímulos.
2. Subestimar el juego. Estimular a tu hijo no es sentarte frente a él y enseñarle un bit de inteligencia tras otro para que el niño aprenda a reconocer Los girasoles de Van Gogh antes que a decir su nombre. Jugar, jugar y jugar; esta es la base del aprendizaje.
3. Insistir si no quiere. Cuando el niño deja de prestar atención o protesta porque no le apetece continuar, cambia a otra cosa o deja que él elija el entretenimiento.
4. Forzarlo. Ningún bebé de tres meses puede tomar un juguete y ningún niño corre cuando da sus primeros pasos. Lo importante es ayudarlo en el momento adecuado.