Padres e hijos

No le gusta el baño, ¿qué hago?

Hay bebés que disfrutan en el agua y bebés que se ponen nerviosos y lloran con solo ver la bañera. Aprende a manejar la situación con estos consejos.

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Hay bebés que disfrutan en el agua y bebés que se ponen nerviosos y lloran con solo ver la bañera. Aprende a manejar la situación con estos consejos.

Algunos bebés rechazan el baño desde el nacimiento o a partir de una experiencia desagradable, es posible que alguna vez les haya entrado jabón en los ojos o les haya caído agua sobre la cara, o se hayan dado un golpe leve o haya ocurrido cualquier otra cosa que para los papás pasó inadvertida.

En estos casos puedes saltarte algunos baños para dar tiempo al bebé a superar sus temores. Si le limpias las pompas y los genitales cada vez que lo cambias de pañal y le lavas a diario la cara, cuello, orejas, manos y axilas con una esponja húmeda, estará bastante aseado.

Cuando se reinicien los baños hay que introducirlo en el agua sujetándolo con firmeza pero sin apretarlo demasiado y hablarle con cariño para darle seguridad. No conviene sumergirlo de golpe, sino poco a poco.

Antes hay que comprobar que el agua no está ni fría ni muy caliente, entre 35º C a 37º es la temperatura ideal. El niño se sentirá más confiado en una bañera pequeña con poca agua que una de adultos.

Con esas precauciones lo más probable es que poco a poco el bebé vaya asociando el baño a una experiencia agradable.

Si no le disgusta entrar en una bañera inflable al aire libre, la temperatura del agua ha de ser de entre 29º C y 31º y la temperatura ambiente al menos 1º C o 2º por encima de esta. No hay que meter bajo el agua la cabeza del bebé ni dejarlo solo ni un minuto.

 

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