Cuando el maquillaje llega al mundo de las niñas

Países como México, Venezuela y Colombia tienen una particular cultura de la "belleza" a través de los certámenes mundialmente conocidos. Pero aclaremos algo: belleza entendida como cánones y estereotipos que difícilmente pueden llegar a cumplirse y que, en la mayoría de los casos, nos son mostrados a través de fotos retocadas con Photoshop o creadas por IA (Inteligencia Artificial). 

Con esto en mente, podemos ocuparnos de analizar qué es lo que ven y qué mensajes reciben nuestras pequeñas, y qué pasa cuando se sienten atraídas por el mundo de la moda y el maquillaje. 

Lo primero que necesitamos es mostrarles que el maquillaje no es el enemigo, pero que tampoco es "necesario" como tal. Si tiene la intriga y quiere estar cerca, adelante, que pruebe, que se divierta y juegue. Después de todo el maquillaje es para divertirse. 

Pero ¿a qué edad es recomendable que tu hija empiece a experimentar en el mundo del maquillaje?

De acuerdo con Héctor Lazo, psicólogo de la Clínica SANNA San Borja, en un artículo para El Comercio no se recomienda que una niña entre edades de 3 a 12 años se aplique maquillaje. “Esta práctica podría dañar su piel. En niños de piel sensible (atópicos), los maquillajes pueden irritar y producir alergias cutáneas. Por otro lado, en preadolescentes y adolescentes con acné, al ocluir el poro, pueden causar un empeoramiento de su condición”, dijo. 

Lazo también comenta que el uso de maquillaje puede tener un impacto psicológico, ya que desde una edad temprana puede traer consecuencias como "el fenómeno de ‘la infancia recortada’, término utilizado para referirse a los niños y niñas que la sociedad empuja a crecer demasiado rápido”. (...) "Dentro de este fenómeno, Lazo también hace referencia a la sexualización de la moda en los niños, la cual genera una veneración hacia la imagen propia y la promoción de la misma".

El especialista deja claro que si la niña quiere experimentar con el maquillaje porque se siente insegura de sí misma, es necesario que los padres le recuerden que no lo necesita. 

Reforzar los valores por lo que su persona es especial es una misión que padres y madres deben tener presente siempre. Y repetirle una y otra vez que es hermosa, independientemente de si lo usa o no.