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Huerting, conoce los 6 beneficios de esta actividad para las vacaciones de los niños

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Enséñalos, literalmente, a cosechar lo que siembran. Aprovecha las vacaciones de los niños para hacer un huerto y acercarlos a la naturaleza. Los niños pueden colaborar en pequeñas tareas de mantenimiento, por ejemplo, regar o recoger las hojas secas del jardín, pero es más divertido si en medio de unos arbustos colocas un tomate o un laurel que ellos vean crecer. Hacer un huerto les trae muchos beneficios; ponla como una actividad para la vacación.

Puedes utilizar macetas, maceteros, jardineras o adquirir una mesa de cultivo. No es buena idea plantar en varias alturas porque las de la parte de abajo se quedarán sin sol. Para que en tu huerto esté creciendo algo durante todo el año, es conveniente combinar cultivos de ciclo corto (pasa muy poco tiempo entre lo que siembren y que recojan la cosecha), como las lechugas, y otras de ciclo más largos, por ejemplo, las zanahorias. Las plantas aromáticas dan unas flores muy bonitas. La idea es combinar el aspecto ornamental de las plantas con otras utilidades como aprender, disfrutar comer y cosechar.

¿Por qué tener un huerto?

  • Aprenden sobre la naturaleza: Josep Mª Vallés, autor de Mi primera guía sobre el huerto urbano (ed. La Galera), lo explica: “Es mejor que una clase de ciencias porque no es algo teórico, sino que se aprende en contacto con la realidad, tocando la tierra con las manos, oliendo, observando… algo que es fundamental para los niños. Se despierta la imaginación porque es un proceso muy dinámico. Cada cosa que pasa da lugar a una pregunta, a una nueva experiencia. Una de las cosas que aprenden es que todos los seres vivos tienen un papel. Por ejemplo, si a la planta que tenemos en el balcón le sale una manchita hay una catarina que se alimenta de ella y los dos tienen derecho a vivir”.
  • Asumen responsabilidades: A esta edad ya puedes encomendarles tareas fáciles como regar las plantas (si tienen una regadera de su tamaño, mucho mejor). Ver cómo crecen las plantas que ellos mismos han cultivado les hará sentirse orgullosos de sí mismos, les enseñará que, con paciencia y dedicación, se obtienen muy buenos resultados, y también que algunas veces las cosas no salen como planeamos.
  • Menos tiempo de tele: Trabajar con plantas es relajante y produce bienestar. Disfrutar de un tiempo de huerting con los niños no sólo sirve para comunicarnos y estrechar lazos; también nos quita un rato de “peligros caseros” como demasiada TV o videojuegos.
  • Comen mejor: Las frutas y las verduras son de los alimentos más rechazados por los niños, pero, ¿quién se resiste a comerse una ensalada con una lechuga plantada por ellos mismos?