Si fortalecer su relación quieren, ¡váyanse a un retiro en pareja!
Sirve para una revisión, retomar la relación, volverle a poner energía, interés y gusto. Estos son 13 grandes motivos que los harán vivir un retiro de pareja; el primero, es un espacio que les dará un nuevo impulso y para fortalecer su relación de pareja.
¿Para qué irse a un retiro en pareja?
Si están sintiendo que su relación de pareja está fría, andan distantes, pelean con más frecuencia o, simplemente quieren fortalecerla aún más, un retiro de pareja los puede ayudar mucho. El servicio lo dan grupos de apoyo psicólogico especial para parejas; lo realizan a distintos destinos y puedes pagarlo por plazos. Así que, incluso puede ser un plan para una escapada de fin de semana, sin los niños.
Es preventivo de una situación que podría salirse de las manos y que podría llegar a la psicoterapia. O cuando se vive una etapa de cambios por un proceso natural en la evolución de la relación de pareja: llegó el primer hijo, llegó el segundo, o los chicos están en la adolescencia.
13 grandes motivos
- Un retiro de pareja es un alto en el camino para retomar fuerza, alimentarse, descansar, redefinir estrategias y luego, seguir adelante.
- Se hace una revisión de la historia de la pareja para saber cómo va: cómo se conocieron, por qué decidieron estar juntos, cómo les ha ido en el camino desde que empezaron, si están satisfechos o no… Se recogen los aprendizajes del pasado vivido. Es un recuento para llegar al presente con todo lo que han aprendido en el camino.
- Se analiza el presente que están viviendo: quiénes son ahora, cuál es su actual forma de pensar, sus valores en este momento, qué necesitan ajustar en su comunicación, personalidad y sexualidad –que son los tres grandes ejes del éxito de una relación de pareja–, qué tanto ajustan o desajustan como pareja, actualmente.
- Experimentan una convivencia grupal en charlas teóricas (aunque luego hacen ejercicios individuales de reflexión) que los beneficia porque se crea una comunidad de aprendizaje, la cual los ayuda a darse cuenta de que no están solos, que otras parejas están viviendo lo mismo, por lo que pueden compartir vivencias y formas de solución.
- Se crea un ambiente de mucha confianza entre las parejas asistentes porque todas están ahí por el mismo objetivo: impulsar su relación. Llegan como desconocidos, pero tras compartir un tema, consejos y experiencias crean incluso profundas amistades.
- Las parejas acuden para tener un tiempo para ellas y lo obtienen; se dan la oportunidad de saber cómo le está yendo al otro en lo personal y en el proyecto familiar, si está satisfecho, si cree que van por el mismo rumbo, los mismos objetivos y metas, si se siente cómodo y contento en la relación o si le gusta estar con su compañero.
- Las parejas logran retomar su complicidad y amistad; hacen equipo. Tal parece que a veces no se percatan de que su pareja es el socio más importante de su vida y de proyecto en común que es la familia. Algunos matrimonos luchan por tener el poder y por imponer su voluntad; no trabajan el concepto de equipo. Es básico aprender a esforzarse en conjunto, a comunicarse en pareja, en pro de un bien común.
- Se plantean un proyecto de vida, un futuro juntos: “qué vamos a hacer de aquí en adelante, durante el tiempo que estemos vivos”. Aprenden a plantearse metas para ellos y su familia: “¿a dónde vamos, hacia dónde vamos a caminar?”.
- Se vuelven a enamorar de su idea original de cuando se casaron. Se dan cuenta de que la persona que eligieron sigue ahí y que su sueño aún no está perdido; eso les da mucha vitalidad, los entusiama. Revaloran sus recursos y aprendizajes, sus avances logrados en pareja y en lo individual, lo que cada uno ha hecho para que ese proyecto de pareja siga vigente.
- Aprenden técnicas de comunicación parar llegar a acuerdos, negociar, ser empáticos, asertivos, expresar sus emociones y lograr intimidad, que significa conocer lo que está pasando dentro de cada uno; cuando lo saben, hay una conexión más profunda.
- Se realiza un perfil de la personalidad de cada uno, con el fin de saber cómo son, empatar personalidades e identificar cuál es la forma más adecuada de tratarse el uno al otro para sacar lo mejor de cada uno.
- Se busca la conexión sexual mediante ejercicios de sensibilización con musicoterapia, en los que la pareja da rienda suelta a la expresión de su
sexualidad a nivel emocional y físico. - Las parejas consiguen reconocer que ellas son el sostén de la sociedad, la base de la familia, por lo cual, necesitan mirarse con respeto y admiración, por todo lo que se esfuerzan en construir un espacio positivo y nutriente para sus hijos y ellos mismos.
Muchas parejas se quedan con la foto de la boda; no se dan cuenta de que al paso del tiempo cada uno cambia, no son los mismos; el tiempo ha transcurrido y cada uno ha aprendido, ganado y perdido experiencias. Por ello, necesitan una reconexión.
Fuente: Leticia Sánchez, maestra en desarrollo humano y psicoterapia familiar sistémica.
FOTO GETTY IMAGES
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