Te decimos qué hacer si tu hijo no quiere ir a la escuela

Para muchos niños y niñas es muy difícil ir a clases o, si vuelven de unas vacaciones, el regreso a clases. Muchas veces puede ser simple vagancia, el frío, el calor o sentirse mimado estando en casa. Sin embargo, pueden existir otros factores por los cuales no quieren ir al colegio, por lo que es bueno estar atento.

Gabriela González, pedagoga, psicoterapeuta y cofundadora de "Niños de Ahora", explica que existen cuatro razones típicas por las que un niño no quiere ir a la escuela.

1). Somatiza

La especialista señala que, por lo general, cuando empieza esta situación de que los lunes se enferma, el niño está somatizando. ¿Qué está somatizando? Lo que está sintiendo. "Hay que ir al fondo de por qué está sintiendo esto, qué le está provocando una enfermedad. Hay que ver qué está sintiendo el niño que no puede liberar, hablar o no puede digerir. Porque si se fijan, son los dos puntos en los que normalmente se enferman los niños: o la garganta o el estómago. En general el dolor esconde algún miedo. "Dolor de panza = no puedo digerir, no estoy pudiendo digerir esto que me está sucediendo. Dolor de garganta = no estoy pudiendo expresar esto que me está pasando".

Una de las primeras cosas que necesitamos ver es la emoción que hay de fondo y ayudar a los niños/as a expresarla.

2). Ansiedad por separación

Al inicio, cuando el niño apenas empieza a ir a la escuela, en el primer año, por ejemplo, se presenta la ansiedad por separación. Entonces, no se quiere separar de mamá. "Hay niños que lloran mucho y la mamá o el papá sienten que el corazón se les hace pedazos, porque el niño no se quiere separar. Esto tiene que ver con ansiedad de separación y hay que ver cuál es el grado de la ansiedad que tiene tu hijo".

A veces, despedirte de tu hijo sin que llore es todo un desafío. La especialista dice que esto es normal porque los primeros siete años de vida el niño necesita estar apegado a mamá, sobre todo los primeros tres. Y ahí es donde empieza a desarrollarse, pero cuando el niño es separado y todavía no tiene esta parte madura, es muy común que de repente le dé ansiedad y no quiera quedarse porque mamá va a desaparecer. "Acuérdense que para el niño solo existe lo que está frente a él y si algo se desaparece, ya no existe.  Conforme el niño va empezando a hacerse más grande, se da cuenta de que existe a pesar de que no esté frente a él. Pero todavía, a los dos añitos no lo tiene, a los tres añitos tampoco, dependiendo", dice. 

3). Estilo de la escuela

Las necesidades particulares de nuestros hijos/as deberán coincidir con el método de la escuela que elegimos para su proceso de aprendizaje. Si esto no es así, probablemente el niño/a se frustre y esto dificulte su aprendizaje. Esto será de especial utilidad con niños/as neurodivergentes o con niños con altas capacidades. 

Lo que suele pasar es que la escuela no se adapta al estilo de aprendizaje del niño. González explica con un ejemplo: "Es como si tú llegas hoy a una escuela en donde enseñan en chino, con todos esos símbolos divinos, pero que tú no entiendes absolutamente nada. Todo el mundo está entendiendo perfecto y está hablando en chino y tú eres el único que dice: '¿En qué momento?' Todos sacaron el cuaderno y yo no entendí ¿por qué? Todos están hablando chino, todos lo entienden perfecto y tú no. No es que haya algo mal en ti, es que hay algo mal en la adaptación del sistema. Cómo enseñan versus cómo aprendo". 

Si el niño se siente así, fuera de lugar, comenzará a decir: "Yo estoy mal, yo soy tonto/a", empieza a hacerse una bola de nieve. Empiezan a ver situaciones en el comportamiento del niño. Cosas que tienen que ver con esta "no adaptación" entre la escuela y el niño.

Esta es la situación que, por lo general, provoca más dolores de garganta y dolores de estómago, asegura la especialista. 

4). Emocional

Es posible que si tu hijo/a no quiere ir a la escuela se deba a alguna situación que tenga que ver con lo emocional. Ya sea un divorcio, o que el niño/a se siente inseguro/a yendo a la escuela, no quiere, se siente mal, etc. "Hay algo dentro de mí, me estoy cambiando de casa, me cambiaron de escuela, en la escuela me están haciendo bullying. Todo lo que tenga que ver con relación o alguna situación emocional que esté cambiando dentro de mí hace que no quiera ir a la escuela. Obviamente, también este es un punto muy importante y, como lo hemos visto, más en la actualidad, cada vez es más frecuente encontrar casos de bullying en las escuelas, y de bullying muy fuerte". 

En estos casos será importante observar señales de físicas y emocionales de que un niño está sufriendo abuso, para poder actuar en consecuencia y apoyarse en el colegio para tratar este tema. 

González hace hincapié en que el bullying no empieza en la escuela, el bullying empieza en casa, tanto para la víctima como para el victimario."Si mi hijo está sufriendo de bullying, también tiene que ver con algo que está recibiendo en casa. Que es como: 'A ver, ponte de tapete, sé complaciente, obedece, escucha, no te muevas'. El niño no sabe salir con esta voz de decir ALTO. No sabe decirle a los demás: 'Ayúdenme'. Del otro lado, ¿qué está sucediendo? Que se vale el que tiene más poder abusar del que tiene menos poder". En este último caso deberás observar sus conductas para saber si tu hijo hace bullying. 

¿Cómo motivarlo?

Toma en cuenta que cada niño es distinto, por lo que debes atender a sus inquietudes. La comunicación con tu hijo es fundamental para que todo en su vida sea positivo.