12 estrategias que hacen que tu hijo entienda con un "buen regaño"
De un lado de la moneda está el castigo y del otro, el refuerzo positivo. Los niños suelen responder mucho mejor a esta segunda alternativa. Pero necesitas aprender algunas estrategias para que tu hijo entienda.
La idea es estimular las conductas contrarias a la mala acción, de tal manera que al ser mucho más frecuentes y habituales, neutralicen las incorrectas. Esto aplica sobre todo a cuestiones recurrentes: si tu niño miente de forma regular y dice que se lavó los dientes cuando en realidad no lo ha hecho (o insiste en no levantar los juguetes que usó), la táctica consiste en aplaudirle, reconocerlo y premiarlo cuando sí lo haga; ¡funciona estupendamente!
HAZLO DESDE EL CORAZÓN
- Habla con él en un tono firme pero tranquilo, en un momento en el cual ambos estén en calma.
- En la charla, necesitas dejar claros los límites que no debe rebasar y las consecuencias de hacerlo. Sé constante al aplicarlos y procura que tanto tú como tu pareja estén de acuerdo.
- Las consecuencias no consisten en castigar a tu hijo o en hacerlo sufrir, sino en que remedie su “mala acción”. Debe saber que todo acto implica una consecuencia positiva o negativa.
- Con los más grandecitos, las consecuencias pueden ser previamente negociadas para que se comprometan más y sepan que son tomados en cuenta en la familia.
- Hazle saber que no lo regañas por lo que es, sino por lo que hace; no le pongas ningún adjetivo calificativo negativo, evita etiquetarlo (ve a la página 46, encontrás los tips para lograrlo).
- Confía en su capacidad para lidiar con las adversidades. Recuérdale que siempre estarás a su lado en las dificultades.
- Déjale claro que lo amas incondicionalmente, haga lo que haga, pero que tú eres el adulto responsable de cuidarlo y educarlo.
- No pierdas de vista que estás formando a un ser humano que requiere no sólo que le digas lo que no debe hacer, sino cómo hacerlo mejor de forma positiva.
- Se vale decir: “Esto no fue correcto, pero no sé cuál será tu consecuencia. La pensaré y te digo en una hora”. Date tiempo para calmarte.
- Ten en mente que todo castigo requiere una explicación para que tu niño entienda su error; también debe implicar un esfuerzo, una lección y una reparación del daño.
- Nunca lo humilles, amenaces o dañes con palabras o golpes, aún cuando tenga un mal comportamiento.
- Mantén la calma, respira, aplica el regaño y termina con un abrazo y un “te amo”.
ESTE ARTÍCULO SALIÓ PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA DE PADRES E HIJOS EN ABRIL DE 2019, FUE REDACTADO POR JESSICA LÓPEZ CERVANTES.