5 ejercicios de estimulación temprana
Diviértete y estimula la inteligencia de tu pequeño a través de divertidas actividades.
Diviértete y estimula la inteligencia de tu pequeño a través de divertidas actividades.
Hay niños que casi desde su nacimiento son muy despiertos y responden enseguida a las miradas, caricias y sonrisas de los papás. Otros, en cambio, parecen más retraídos y tardan un poco más en mostrar curiosidad por el mundo que les rodea. Tanto en un caso como en otro, los padres pueden hacer mucho para despertar su inteligencia y hacerla crecer. ¿Cómo? Jugando con ellos.
1. Aprender a girar la cabeza: cuando el bebé tenga ya dos meses, nos ponemos a un lado del cambiador y le llamamos para platicar con él. Luego nos colocamos en el otro: él oirá nuestra voz y girará su cabecita.
2. Un móvil a su medida: sustituimos las figuras de un móvil por otras en blanco y negro (se forra de papel blanco la tapa de una caja de crema, otra de medicinas y una pelotilla de goma, y se pintan en blanco y negro). Las colgamos a unos 25 o 30 cm de su cara.
3. Mejorar la succión: con los nudillos de la mano, hacemos un suave masaje en los labios inferior y superior. Luego, lo repetimos en la parte interior de las mejillas y del paladar. Estiramos un dedo y le damos unos leves (pero firmes) toquecitos en las comisuras de los labios. Es muy útil cuando le cuesta abrir o cerrar la boquita.
4. Un diálogo: el bebé prefiere las voces humanas y, entre ellas, la de mamá, a la que está acostumbrado. Cuando ella se comunica afectivamente con él despierta su inteligencia. Si la nuca del niño descansa en su regazo, con los pies hacia fuera, será todavía más efectivo.
5. ¿Qué suena por ahí?: el móvil sonoro está al lado de un espejo, de forma que, al moverlo, el niño escucha el entrechocar de sus elementos (madera, metal?) y los ve reflejados. Para mantener su curiosidad, conviene sustituir de vez en cuando el material de las piezas.
¿No es la inteligencia una cualidad innata? Entonces, ¿por qué hay necesidad de estimularla? Entre otras razones, porque aunque todos los niños son listos al nacer, conviene ayudarles a sacar a flote ese potencial intelectual. Lo que no quiere decir que haya que enseñarles matemáticas ni hacer ejercicio.
Significa estrechar los lazos de cariño, jugar mucho con ellos, potenciar su desarrollo físico y mental con propuestas lúdicas.