Mi hijo se toca los genitales, ¿cómo saber cuándo es sano y cuándo no?
Como papás y mamás, estar atentos a la edad, la frecuencia y el contexto es clave para saber si debes preocuparte o no.
Una inquietud muy frecuente entre los papás es qué hacer cuando su hijo se toca los genitales. No es una conducta que deba preocuparte, solo es muy importante identificarla para actuar en consecuencia y de manera adecuada.
Conoce de qué manera se manifiesta esta conducta, la delgada línea que divide una conducta sana de una mala y qué puedes hacer cuando sorprendas a tu hijo/a tocándose.
Para conocer acerca del tema, la Mtra. Loretta Nieto Gallego, psicóloga, terapeuta sexual y de pareja, explica varios puntos a tener en cuenta acerca de este tema.
La especialista cuenta que llegó una paciente llegó a su consultorio diciendo: "¡Estoy muy asustada!… ¡Mi hija todo el tiempo se está frotando con la rodilla de su papá!".
Actualidad
Educación Sexual Integral para niños: ¿Por qué cuesta tanto hablar de sexualidad con hijos/as?
Patricia Mignani
Muchas inquietudes rodean el mundo de los niños. Nuevas sensaciones y experiencias aparecen todos los días. En este contexto los niños comienzan a descubrir su cuerpo y las sensaciones que provoca el contacto o el roce con las distintas partes de su cuerpo y se encuentran con la novedad que su cuerpo es diferente al del sexo opuesto.
¿A qué edad empiezan a tocarse?
Normalmente sería de los dos a los cinco años, que es justo cuando exploran el mundo, incluyendo su propio cuerpo.
Según Freud, hablando de las 5 etapas de la sexualidad, nos enfocamos en la etapa fálica, ¿de qué trata esta etapa?
La etapa fálica va de los 3 a los 5 años de edad. El núcleo de energía de los niños se encuentra en el área genital, ellos experimentan placer al tocar sus partes íntimas y al masturbarse.
El erotismo es una parte importante dentro de esta etapa, aquí lo que van a tratar de hacer es explorar su cuerpo mediante sensaciones.
Los sentidos también ayudan al niño a saber qué es lo que le genera placer y qué es lo que no, por ello, el tacto forma parte importante del desarrollo infantil.
Desde la succión del pulgar se ve un acto de placer en el niño, pero ahí no lo notamos como algo “malo”, cuando para el niño es exactamente lo mismo que tocarse los genitales.
La masturbación es parte de su desarrollo y lo que debemos de hacer como papás es transmitir el concepto de la privacidad, explicarle al niño que lo que está haciendo está bien porque se está conociendo, pero que es mejor si lo hace de forma privada o en un lugar donde se sienta más seguro.
Muchos niños se tocan los genitales y se succionan el dedo al momento de acostarse para ir a dormir. ¿Por qué lo hacen?, porque sienten placer, se arrullan y les ayuda a quedarse dormidos más rápido. Los niños pasan de la succión a la masturbación.
¿Cómo saber cuando ya no es un juego exploratorio sano o verlo como un foco rojo?
- Cuando un niño fuerza al otro a jugar.
- Cuando ya no están dentro de las edades de exploración o existe mucha diferencia de edades entre los niños que están jugando.
- Tu hijo se vio forzado en mantener un secreto.
- Cuando hay estimulación oral por parte de alguno sobre los genitales del otro.
- Cuando ocurre con mucha frecuencia y no puede ser redirigido.
- Cuando está asociado a una agresión física.
- Cuando hacen el simulacro de actos sexuales adultos.
En este caso sería importante hablar con un profesional para que se oriente en cada caso.
¿Qué pasa si estos roces o esta masturbación los hace con frecuencia?
Hay que valorar si es por tiempo prolongado o no. Muchas veces lo pueden hacer para descargar su energía, esto es más común en los casos de niños hiperactivos, pero no hay por qué alarmarse, solamente hay que estar al pendiente si llega a irritarse o a alguna infección, en ese caso sí hay que acudir a un pediatra.
Otra causa puede ser la ansiedad, cuando un niño se siente muy ansioso lo primero que va a hacer es tratar de calmar esta ansiedad y ¿cómo lo va a hacer? Tocándose, sacando esta energía, lo mismo sería en caso de que el niño se sienta estresado.
¿Qué debes hacer tu hijo se toca los genitales?
Educarlo y guiarlo de forma que no vea la sexualidad como algo negativo, sino todo lo contrario, esto obviamente sin castigos y sin regaños, sino hablando del tema.
Para los niños no hay diferencia entre partes de su cuerpo, no saben que lo que están tocando es una parte “íntima” o es su panza; no distinguen, tampoco saben que se debería de hacer en privado.
Muchos pensamos que la sexualidad es solamente llevada a cabo en la adolescencia o en la adultez y no le damos importancia, o lo vemos como algo negativo cuando es la sexualidad infantil. Como humanos, somos seres sexuados y sería un error pensar que en los niños no puede haber sexualidad.
Los niños usan la masturbación como tema de descarga y relajación, no es una cosa morbosa, si yo me hago o me hacen “piojito” en la cabeza sería otro tipo de masturbación.
Una de las cosas más importantes es que el niño no lo vea como algo malo, como algo sucio, que sepa que es completamente normal y que se puede hacer sin ninguna culpa.
El pudor es lo que debemos de tratar como papás, decirle al niño que está bien que explore su cuerpo, lo que no está bien es que alguien más lo explore por él.
Explicarle al niño que su cuerpo es suyo y que nadie más lo puede tocar si él/ella no quiere. Esto para prevenir cualquier tipo de abuso, que sienta que debe cuidar de él y que él puede poner sus reglas.
Los niños entienden mucho mejor con ejemplos
Otra cosa importante es decirle al niño cómo en realidad se llaman las partes de su cuerpo: pene, vagina, vulva, testículos.
Cuando tu hijo se toque, decirle: “Ese es tu pene”, no “tu cosita o tu pilín”, a tu hija decirle: “Esa es tu vagina”, en lugar de “tu colita”.
Poner apodos hace que sientan vergüenza, pena, culpa, cuando se habla de estos, aparte de que puede sentirse ajeno a sus partes íntimas por el hecho de llamarlas por otro nombre.
Lo que necesitas evitar es que tu niño sienta confusión cuando escuche el nombre incorrecto de sus partes, ya que muchas personas les llaman de otra forma y no todos entienden con los mismos apodos.
Educar la sexualidad abiertamente ayuda a la seguridad y confianza de los niños, saber que es completamente natural que les surjan dudas de cualquier tipo y como papás estar ahí para responderlas.