Requisitos de una buena estancia infantil
Revisa que la estancia infantil a la que llevarás a tu hijo cumpla con lo necesario para que tu niño esté seguro.
Antes de decidirte, tienes que conocer la escuela elegida para evitar sorpresas desagradables. Por muy bien que te hayan hablado de ella vecinos o amigos que lleven a sus hijos, tu información debe ser de primera mano.
Lo primero: que sea legal
Si respeta la ley, adelante. Algunos centros ofrecen todas las comodidades, horarios que se ajustan a nuestras necesidades y encima a unos precios muy baratos. Pues bien, no caigas en la tentación sin antes informarte. Hay escuelas clandestinas que no se ajustan a la normativa vigente, ¡mucho cuidado!
Instalaciones
El edificio debe tener accesos fáciles y pocos pisos. El patio debe ser de uso exclusivo de la escuela y estar perfectamente cercado. Lo ideal es que cuente con una zona de arena, con columpios y elementos de juego seguros y zonas de sombra. También debe tener una sala interior de usos múltiples que pueda utilizarse como sitio de recreo en los días de lluvia.
Los salones han de ser amplios y luminosos. Para los más pequeños debe haber una zona para los cambios de pañal y otra para preparar biberones y papillas, así como una zona de descanso donde estén las cunitas y otra de actividad y juegos. Para los mayorcitos, las clases deben tener dentro los baños y han de estar adaptados al tamaño de sus usuarios.
Participación
La educación infantil es complementaria de la educación familiar y por tanto la relación ha de ser muy estrecha. La escuela debe abrir cauces variados para que todos los padres puedan participar. La vía más habitual es a través de las asociaciones de padres de familia. Hay que intentar no faltar a las reuniones colectivas o individuales a las que nos convoque su maestro.
Proyecto educativo
Nadie discute la labor asistencial de estos centros, pero debes elegir uno que, además, responda a criterios educativos. ¿Cómo indagar sobre este aspecto? Habla con los responsables sobre sus objetivos y programas, interesándote por la metodología de trabajo…
Un buen ejemplo son los materiales que utilicen. Tienen que responder a las necesidades de aprendizaje de los niños, y para ello en cada clase debe haber los adecuados a cada edad.
Profesionales
Cada grupo tendrá un maestro o un educador tutor; pero, aparte, el centro debe contar con educadores de respaldo para reforzar la labor educativa. Muchas escuelas cuentan con el apoyo de equipos de atención temprana. Suelen estar formados por pedagogos, psicólogos, terapeutas de lenguaje, trabajadores sociales y maestros. Su labor es apoyar a los niños con necesidades educativas especiales y a sus familias y educadores, y orientar la labor pedagógica del centro.
Número de niños
No masificados. De este modo, se garantiza un trato más individualizado y se pueden respetar mejor los ritmos de cada uno. Ten presente que cuanto más pequeños son, más atención requieren. No es conveniente que estén todos mezclados: a cada grupo de edad le corresponde un aula. El número máximo de niños por salón y maestro es: ocho para los de cero a un año, 13 para los de uno a dos años, 20 para los de dos a tres años y 25 como máximo para cada clase de niños con edades entre tres y seis años.