La monotonía, la pesadez de los días, las responsabilidades con los hijos, el trabajo, la casa, los gastos… son muchos temas que rondan sus cabeza y es completamente comprensible que tengan «malos días». Solo no permitan que arruinen su bonita vida familiar; te dejamos estos tips para superar los problemas cotidianos de pareja que sin duda, surgen.
PONLOS EN PRÁCTICA
- Comunicar el problema al otro, pedir su ayuda; explicarlo a la pareja y hacerle ver que no sabemos cómo resolverlo. Decidir en ese momento si es un problema que compete a los dos o a uno solo.
- Especificar bien el problema, intentar aislarlo del resto de componentes que nos pueden llevar a hacerlo más grande.
- Elegir el momento adecuado; evitar plantear un problema cuando el otro está cansado, enfermo, cuando hay otras personas delante o cuando no tenemos tiempo suficiente para dar una solución.
- Mantener una postura activa, dando soluciones posibles sin descartar nada de antemano.
- No dejar pasar el problema ni convivir eternamente con él.
- Tener paciencia y aceptar que todos tenemos problemas y que nos puede llevar algún tiempo dar con la solución más beneficiosa para nosotros.
- Aprender a escuchar al otro. No siempre tenemos la verdad absoluta.A veces una
opinión neutral, de algún amigo o compañero, puede ayudar. Recuerden que los familiares no son neutrales y tenderán a ponerse siempre de un lado de la balanza. - Aceptar que los problemas forman parte de la vida y que casi siempre tendremos algo que resolver.
- Ver a mi pareja como a un aliado y no como a un enemigo más al que tengo que combatir.
- Considerar que si no pueden solucionar el problema y están enfrascados en una relación de «tú me dices, yo te digo», es mejor solicitar apoyo terapéutico.
Por Felipe Salinas