Ejercicios de meditación para niños
Los niños que practican la meditación son más creativos, toda vez que logran abrirse al inconsciente de la mente, que es donde nacen los pensamientos originales. Además, al desarrollar su conciencia corporal, logran percibir la tensión excesiva y relajarla; se concentran mejor en lo que hacen, manteniendo su interés en determinada tarea hasta que la finalizan; se conocen mejor y son más conscientes de su enorme potencial que de sus limitaciones.
Pueden apaciguar la ansiedad, la preocupación y otros estados emocionales que habitualmente tienden a inhibir la expresión de su creatividad. De hecho, expertos aseguran que durante las sesiones de meditación desciende el ritmo cardiaco, la tensión arterial y los niveles de estrés, todo lo cual repercute en una mayor o menor tendencia a la creatividad.
A continuación te proponemos algunos ejercicios básicos para que empieces cuanto antes a entrenar a tu pequeño en el maravilloso arte del control mental; están dirigidos a desarrollar su cretividad, que ya de por sí es innata en él porque es una capacidad de todo ser humano.
Ejercicio 1: «La casita»
Objetivo: estimular la creatividad.
¿En qué consiste? Pide a tu hijo que se recueste boca arriba y cierre los ojos. Invítalo a imaginar la figura de una casita dibujada a lápiz en una gran hoja de papel blanco. Ahí están la puerta, las ventanas… Ahora la casita es de colores y tiene un jardín alrededor, con árboles, flores y un lago. Después llegan los pájaros, las ardillas que corren por el pasto y trepan por los árboles. El sol brilla y llena el jardín de luz, y unos niños salen a jugar. Asegúrate de que no abra los ojos durante el ejercicio y al terminar la anterior descripción del paisaje, permítele expresar qué más sucede en «la casita».
Ejercicio 2: «El retrato»
Objetivo: entrenar su poder para visualizar.
¿En qué consiste? Dile que imagine una fotografía de su personaje de cine o televisión favorito, o bien de un amiguito o de algún miembro de la familia. Recuérdale que, como es «una foto», el personaje no se puede mover ni hablar, y guíalo para que observe cada uno de sus cejas, ojos, cada lado de su nariz, la boca, las mejillas, el cuello…La simple concentración en determinada imagen, lo ayudará de aquí en adelante a ser más observador de los detalles a su alrededor.
Ejercicio 3: «¿Qué suena?»
Objetivo: echar a volar su imaginación a través de los estímulos auditivos.
¿En qué consiste? Piensa en cinco o seis estímulos sonoros, como por ejemplo el que produce el chorro del agua de una llave, una tetera hirviendo, una secadora de pelo, gotitas de agua cayendo sobre una cubeta de plástico, una bolsa de celofán que se frota, la piel al ser rascada, el soplar para inflar un globo, etcétera.Ahora pide a tu pequeño que cierre los ojos mientras tú reproduces determinados ruidos o sonidos. Acto seguido, anímalo a adivinar de qué se trata.