¿Tu hijo pega, araña y muerde?

Pocos son los niños que se han librado de algún arañazo o mordisco durante sus primeros años de vida, sobre todo cuando aún no son capaces de comunicarse con palabras.

Quién no ha sorprendido a su angelito usando las uñas y dientes con un compañero de juegos que pretende quitarle su coche preferido… Si tu pequeño pega, araña o muerde, no te alarmes. Si conduces bien “estos ataques”, será algo pasajero que desaparecerá cumplidos los 3 o 4 añitos. Te contamos las razones por las que los niños pegan y por qué reaccionan de esta manera entre el primer y segundo año de edad.

¿Por qué lo hace?

Cuando los niños se sienten amenazados, se defienden como pueden y saben: primero usan la boca; cuando manejan mejor las manos, arañan; cuando ganan estabilidad, empujan; y cuando toman mayor fuerza, dan patadas y golpes. 

Míriam Tirado, consultora en crianza consciente, escritora y periodista, expone que hay tres momentos específicos que son los propensos para que un niño pegue, muerda o arañe, y estos son:

"Lo que hace tu hijo es normal. Sí, sí, normal. Porque, recuerda, que he dicho que los niños pequeños, a esa edad -alrededor de los dos años- hacen mucho estas cosas. Son todo emoción. Actúan por pulsiones, no hay autocontrol. Además, muchos no saben hablar y mucho menos expresar emociones. Entonces, no entienden ni qué es lo que sienten ni qué es lo que hacen".

Tirado explica que esta es una etapa que pasará y que, a medida que vayan creciendo, que vayan adquiriendo lenguaje y que vayan aprendiendo nuevas formas de canalizar estas emociones. Por eso es importante que enseñes a tu hijo a gestionar sus emociones, no a reprimirlas, así podrán expresar de mejor manera lo que les pasa, tendrán más herramientas para hacerlo. 

¿Qué hacer?

Bueno, lo primero es anticiparte. No quitarle un ojo de encima, sobre todo si le ves que está muy contento, muy enfadado o que está cansado. Explicarle qué es lo que le está pasando, qué es lo que siente y por qué actúa así. Y explicarle también qué es lo que siente el niño que es pegado o que es mordido, que duele y que no gusta.

"Tener paciencia y no reñirle, y saber, sobre todo, que vamos a tener que explicarle lo mismo muchísimas veces hasta que lo integre", este es uno de los tips esenciales que comparte la especialista. 

Enseñar suele tratarse de tener paciencia y repetir muchas veces las mismas cosas. Sabemos que nuestro hijo es pequeño y que necesita tiempo, y esto significa que nosotros tenemos que estar muy pendientes de él, sobre todo si estamos en lugares en donde nuestro hijo conviva con otros niños. "Procurar que no dañe a nadie ni que le dañen, que eso también podría ocurrir", es una lección para la que debemos estar preparados, sobre todo observar si tu hijo golpea a sus compañeros de la escuela, en el club o en otros ambientes. 

"No nos agobiemos si nuestro hijo de 2 años pega. Acompañémosle bien para que supere esta etapa y no pegue nunca más, ni a los 14 ni a los 40", explica. Ya que no prestar atención o no dar seguimiento a este comportamiento luego de su etapa "normal" podría generar un comportamiento adolescente o adulto de una persona que se considerará "bully". Estar atentos para identificar cómo saber si tu hijo hace bullying, y en dado caso, tomar cartas en el asunto. Criar con paciencia y cariño siempre serán las mejores herramientas.