Fontanela del bebé: qué es y cómo proteger la zona según un pediatra

Cuidar la fontanela o "mollera" del bebé es crucial para garantizar su salud y bienestar. Aquí los detalles que debes conocer para poder proteger esta zona y entender cómo es parte vital de su crecimiento.

La fontanela, comúnmente conocida como "mollera", es una de las partes más sensibles del cuerpo de un bebé, y también una de las que genera mayor inquietud entre los padres. Este espacio suave en el cráneo, que permite la flexibilidad necesaria para el parto y el crecimiento del cerebro durante los primeros meses de vida, ha sido objeto de numerosos mitos y creencias populares. Hay muchos temores infundados sobre la fragilidad extrema de la fontanela, la delicada cabecita del bebé, que se encuentra envuelta en un halo de misterio que puede generar ansiedad en los cuidadores. Estos mitos, transmitidos de generación en generación, pueden causar desinformación y aumentar la incertidumbre de los padres, quienes desean hacer lo mejor para el bienestar de sus hijos. Para discernir cualquier mito de la realidad, hablamos con el Dr. Gustavo Rojo Rodríguez, médico pediatra del Hospital Real San José, quien explica con total claridad de qué se trata esta parte. 

Fontanela se le llama al espacio entre las placas del cráneo que todavía no osifican, todavía son como cartílagos y aún no son un hueso. Este proceso puede tardar hasta el año y seis meses aproximadamente, así que se debe tener paciencia en este desarrollo y saber que es natural este tiempo. El pediatra comenta que a veces hay cierres prematuros, pero en general tarda ese tiempo.

Esta es una de esas curiosidades de tu recién nacido que son normales en su cuerpo pero que como padre o madre puedes ver de manera extraña o que puede generarte miedo. Ten en cuenta que este tejido blando tiene una función específica y está diseñado para proteger al cerebro en desarrollo, permite que el cerebro vaya creciendo a medida que la fontanela se va cerrando.

La revisión mensual con el médico dará tranquilidad a los padres acerca del proceso. PM.
Anatomía del cráneo de un bebé - Stanford Childrens

El miedo de los padres

El especialista comenta que a los padres a veces les da miedo tocarla, "pero no pasa nada si la tocan, la pueden tocar, familiarizarse con ella".

Explica que existen dos fontanelas: una anterior y otra posterior. "La posterior es un poco más pequeña y cierra más pronto y la anterior es la más grande y la más visible. La que cierra primero a veces a los seis o siete meses ya está cerrada, y la otra se tarda un poquito más. Aunque a veces se cierra y aun así sigue habiendo un espacio muy chiquito -a simple vista- pero es normal. Incluso no pasa nada si la tocan o si la presionan", comenta.

Conocer esta parte en desarrollo de tu hijo te dará tranquilidad. PM.

¿Qué cuidados debería tener esta parte de la cabeza del bebé?

A pesar de los muchos mitos sobre "qué se debe hacer" con la fontanela, el pediatra dice que como tal no requiere de un cuidado en especial. "Lo que puede ayudar mucho con la fontanela a veces es, por ejemplo, si el paciente se cae y se abre la cabeza, por la fontanela se puede hacer un ultrasonido y se puede ver hacia dentro sin necesidad de hacer una tomografía o radiografía, es una ventana por donde podemos ver", pero este es un caso especial.

Puedes tocar su cabeza y familiarizarte con esta parte. PM.

¿Qué riesgos están asociados a esta parte de la cabeza?

Respecto a los riesgos, Rojo Rodríguez comenta que, a veces, cuando la fontanela es muy grande y no cierra habría que descartar algunos problemas genéticos, que sí son muy evidentes. "A veces el paciente tiene hipotiroidismo congénito, algunas enfermedades genéticas pueden producir este problema, pero sí es muy notorio porque el paciente no tiene un desarrollo neurológico normal, por eso la importancia de las citas de cada mes, que no solo se pesa y se mide y se evalúa el perímetro encefálico, sino también se evalúa el neurodesarrollo, si hay déficit en el neurodesarrollo y la cabeza no está creciendo entonces se va armando todo el rompecabezas y se puede diagnosticar".

El pediatra recomienda siempre estar atentos a síntomas que podrían acompañar alguna otra afección en el bebé, como lo son los vómitos o diarrea, ya que esto podría ser signo de que el bebé está deshidratado, y se podría hacer notorio en la fontanela del bebé.

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