Estos animales lentos son de los favoritos de muchos niños y forman parte de los juegos al aire libre, ya que cuando tu peque va a jugar en el parque es probable que se divierta con la fauna y flora que va encontrando a su alrededor. Pero existen alertas de salud para que las personas y niños no toquen a los caracoles o babosas.
¿Por qué se da esto? Porque los caracoles son transmisores de un parásito que contagia la angiostrongiliasis. Te explicamos de qué se trata.
La Bióloga en biomedicina y biodiversidad, Alice Yesenia Rodríguez, explica en su clase "Nematodo Pulmonar Meningitis eosinofilica", que el nombre correcto de este parásito es Angiostrongylus cantonensis y que generalmente, se encuentra en las arterias de las ratas, "de hecho, de ahí deriva su nombre como "nematodo pulmonar".
"Vamos a encontrarlo y comúnmente las personas vamos a adquirirlo por comer accidentalmente algún tipo de molusco, como los caracoles, entre otro tipo de animales como estos. Es muy común este tipo de parasitosis, sobre todo en el sureste de Asia y la cuenca del Pacífico, lugares donde comúnmente los caracoles están infectados. De hecho, hay una gran cantidad de personas que están infectadas en estos sitios".
¿Qué pasa en el cuerpo?
Rodríguez explica que las larvas, una vez que nacen, son transportadas a través de la sangre directamente al sistema nervioso central. Ahí causan lo que se conoce como meningitis eosinofílica, una afección bastante grave que puede provocar daño cerebral y al sistema nervioso en muy poco tiempo si no se trata. Generalmente causa la muerte de los pacientes en el primer o segundo día si no se atiende correctamente. Como estos parásitos afectan el cerebro de bebés que gatean, es importante supervisarlos, ya que pueden estar en contacto más estrecho y directo con los caracoles.
"Cabe mencionar que este no es un parásito que normalmente nos va a atacar a nosotros, los seres humanos, somos huéspedes accidentales. Su ciclo de vida normal involucra a las ratas y moluscos. Los huevos son liberados en las heces de las ratas y las larvas son ingeridas por moluscos, como caracoles, donde continúan su desarrollo. Nosotros podemos infectarnos al consumir estos moluscos crudos o mal cocidos". Es por esto que es importante

Síntomas
Rodríguez establece algunos signos a través de los cuales podemos saber o deducir que nuestro hijo/a tiene este parásito:
- Cefaleas.
- Convulsiones.
- Debilidad en brazos y piernas.
- Vómitos.
- Parálisis facial.
- Rigidez del cuello.
- Fiebre.
Tratamiento prevención
La bióloga también comenta que el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas, evitar el daño cerebral y controlar la presión intracraneal con medicamentos.
Para la prevención es necesario tomar ciertas medidas desde casa:
- La educación sanitaria será clave en este tema:
- No consumir caracoles u otros animales crudos.
- Lavar bien frutas y verduras.
- No beber agua sin tratar.
- Mantener una buena higiene al manipular moluscos.
Es importante evitar tocar caracoles sin protección, especialmente en lugares endémicos, así que ten cuidado cuando tu niño juegue en el parque o en una plaza, donde pueda encontrarse con caracoles, adviértele que, de ser así, solo puede mirarlos, pero que no los toque.