Padres e hijos
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Siempre es atemorizante ingresar a un hospital, aunque sea por una razón feliz: ¡EL NACIMIENTO DE TU HIJO!

 

Por Mayra Martínez Asesoría Dr. Ernesto Crespo, ginecólogo

 

Es normal que tengas un montón de dudas: no temas preguntarle al médico o enfermeras, pues recuerda que tus días en el hospital son para que descanses y te acostumbres a tu hijo. Aquí unos tips para relajarte ante las situaciones de conflicto más comunes.

 

MIEDO AL DOLOR: es normal que sientas angustia ante el dolor del parto, pero la mayoría de las mamás relatan que olvidaron todos los dolores en cuanto tuvieron a su hijo en brazos. Si tienes miedo al dolor, tanto en el parto como en los días posteriores, conviene que se lo comentes a los profesionales en el hospital y que resuelvas con los anestesiólogos cualquier duda que te surja.

 

LACTANCIA: al principio no resulta fácil darle el pecho al recién nacido. Es probable que no sepas en qué posición colocarte (la enfermera te indicará cómo hacerlo), a lo mejor se te hincha el pecho y tienes dolor o el bebé se queda dormido en cuanto empieza a comer, o pide de nuevo a los 15 minutos… Tip de los expertos: procura estar tranquila, relajada y en una postura cómoda, de preferencia con la espalda apoyada.

 

SOBREDOSIS DE INFORMACIÓN: Tu mamá, suegra o tías, todas te darán consejos sobre cómo dar el pecho, cómo cambiarle el pañal, bañarlo… esta cantidad de información, en especial en las mamás primerizas, podría confundirte e incrementar tu ansiedad. Ante cualquier inquietud, no dudes en recurrir al pediatra.

 

 

DEMASIADAS VISITAS: procura alternar las visitas para que tu recién nacido y tú puedan descansar. Ten una actitud positiva e intenta sacar el mayor partido a esos días en el hospital en los que tu única obligación es recuperarte y disfrutar del bebé.

 

NECESIDAD DE DESCANSO: será mayor si te hacen cesárea. Tendrás un estrés añadido, derivado de tu paso por el quirófano, sobre todo si la intervención quirúrgica no estaba programada y te la realizaron de urgencia. Por fortuna, el tiempo que permaneces internada en el hospital es cada vez menor. Lo habitual en un parto natural son 48 horas y, en caso de cesárea, no suelen superarse los cuatro días.

 

SEPARACIÓN DEL BEBÉ

Aunque todo haya salido de maravilla, en la mayoría de los hospitales separan a tu bebé de ti para realizarle un reconocimiento pediátrico. Que tarden en traerte al pequeño no significa que exista algún problema. También es habitual que, durante la estancia en el hospital, la enfermera se lleve a tu hijo al cunero para limpiarle el cordón o bañarlo. Si tú lo deseas, el bebé puede pasar contigo la noche en la habitación. Tal vez así te sentirás mucho más tranquila, teniéndolo cerca y, además, de esa forma podrás alimentarlo cada vez que el niño lo demande, desde el principio.

 

ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO POR PRIMERA VEZ EN LA EDICIÓN DE OCTUBRE DE LA REVISTA PADRES E HIJOS

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