Noveno mes: Tu bebé toca, siente y aprende con sus manitas

Desde comenzar a gatear y jugar más, tu bebé a los nueve meses es más activo y comienza a tener mayor habilidad manual.

Cuántas cosas es capaz de hacer con sus pequeñas manitas ¿Recuerdas sus tres meses, cuando las descubrió por primera vez y empezó a mirarlas con interés? Ahora ya puede utilizar sus pulgares para tomar todo tipo de objetos ¡por muy pequeños que sean! Por eso, hay que estar siempre pendiente de que no se lleve nada diminuto a la boca y se lo trague.

Toma los juguetes y los tira para que mamá o papá se los recojan y repta para alcanzar cualquier objeto que le interese: sus manos son un vehículo perfecto para sentir, experimentar… Ya puede tocar los cosas y obtener información de ellas sin tener que llevárselas continuamente a la boca, aunque seguirá haciéndolo durante unos meses más.

JUGAR A IMITAR

Muestra gran interés por todas las habilidades de los adultos. Observa atentamente lo que haces con tus manos e intenta imitarte. Es el momento de buscar actividades que desarrollen la psicomotricidad fina, como los juguetes para encajar figuras geométricas. Con ellos ejercitará los dedos por separado; también le encantan los instrumentos que producen sonido cuando se golpean, aunque, en realidad, le basta cualquier objeto y un suelo duro para hacer ruido.

Mónica, sentada en su silla, toma la cuchara y la golpea. Acto seguido la tira por un lateral. Es un juego que le encanta (a su madre no tanto) y que repetirá siempre que pueda. Daniel ha visto cómo mamá metió un cochecito en una taza, la volteó y el carrito se cayó. Él también quiere probarlo. Quizá no lo consiga a la primera, pero seguro que después de varios intentos, lo logrará.

Tanto Mónica como Daniel han realizado un montón de movimientos manuales con estos juegos tan simples. Y aún están capacitados para un tercero: tirar de un objeto con una cuerda para arrastrarlo hasta ellos. Puedes hacerlo tú antes para que lo vea y te imite.

QUÉ ESPERAR DE TU BEBÉ ESTE MES:

? Comienza a gatear. Además de suponer un importante ejercicio a nivel neuronal, es la primera condición para caminar. Bien sujeto, es capaz de sostenerse de pie.

? Empieza a hacer el movimiento de pinza (usando el pulgar) para coger objetos, aunque sean muy pequeños.

? No pierde detalle sobre su entorno. Su interés por las cosas es constante. Ahora es cuando realmente inicia el juego.

? Estira los brazos cuando estás cerca para que lo cargues. Puede aplaudir y decir «adiós» con las manos.

? Ya es capaz de estar sentado sin caerse.

? Conseguir su objetivo le hace sentirse mejor consigo mismo. El refuerzo positivo será mayor si se lo reconocemos con una sonrisa, un abrazo y alguna palabra de elogio.