10 cosas que nadie te dice de la maternidad
Ser mamá tiene su ciencia, sus dificultades y secretos; de estos aspectos de la maternidad casi nadie habla
Ser mamá es increíble, pero también exigente y extenuante. Tener un hijo produce una felicidad incomparable y nada puede causar más satisfacción que verlo crecer sano y feliz, pero como ser humano te pone a prueba todos los días y debes prepararte lo mejor posible.
1 ADIÓS, PRIVACIDAD
No puedes ni ir al baño sola.
QUÉ HACER: en algún momento en la vida tu hijo entenderá conceptos como la paciencia, la autosuficiencia
y la privacidad, pero debes ayudarlo poniendo límites. Pídele a tu niño que toque la puerta del baño o habitación antes de entrar, así aprenderá a respetar espacios, algo indispensable para su maduración emocional.
2 SEÑALA TODOS TUS ERRORES
Tu hijo es tu juez más severo, vigila tus palabras y comportamientos y señala cuando haces algo mal.
QUÉ HACER: ante el juicio de tu pequeño, dale una buena explicación. Un “lo siento, hijo, no se volverá a repetir” bastará (y debes modificar tu conducta). Nunca reprimas su capacidad para razonar y cuestionar. Lo ideal es que recapacites en tus acciones y digas: “Tienes razón, me esforzaré para cambiarlo”.
3 TE OLVIDAS DE TI
¿Antes de ser mamá ibas a conciertos, teatro, cine o museos cuando querías? ¿Ya no te acuerdas cuál fue la última película que viste?
QUÉ HACER: no dejarte absorber tanto, no te pierdas de ser tú misma. Goza tu etapa de mamá pero sin dejar de nutrir tu espíritu y cultivar tus aficiones. Date tiempo para ti.
4 TE ABSORBE POR COMPLETO
Siempre tienes cosas que hacer y las debes realizar como maquinita sin descanso.
QUÉ HACER: ya diste de comer, cambiaste pañales… ¡y no paras! Déjate llevar por la corriente y no contra ella. Trata de relajarte, delegar lo que puedas y hacer todo poco a poco.
5 NO DUERMES IGUAL
Tener un bebé en casa significa desvelos, y lo único que ansías es dormir al menos seis horas seguidas.
QUÉ HACER: poner horarios para dormir y tratar de cumplirlos el fin de semana para que tu hijo se acostumbre. Si ya va a la escuela, el niño se despertará igual de temprano aunque sea día festivo, sábado o domingo. Lo que puedes hacer es negociar, comprar libros de actividades o juguetes para que se entretenga.
6 POCA INTIMIDAD
Llega la noche, se preparan para una escena romántica y el pequeño empieza a llorar. Y así varios días seguidos.
QUÉ HACER: con un niño pequeño queda poco tiempo y energía para estar juntos y tranquilos como pareja. De vez en cuando pídanle a alguien de confianza que se haga cargo del bebé un rato, al menos un día a la semana, y disfruten de tiempo para ustedes… sin interrupciones.
7 APRENDIZAJE CONTINUO
Quizá pienses que tener dos o más hijos te hace una experta, pero la verdad es que cada niño es diferente y tienes que entender a cada uno por separado.
QUÉ HACER: abre tu mente al aprendizaje y considera la personalidad de cada hijo al educarlo. Te evitará desilusiones y criarás niños felices.
8 NO TODO ESTÁ BAJO CONTROL
Tu hijo tendrá que experimentar situaciones dolorosas que están fuera de tus manos, como que no lo invitaron al cumpleaños de otro niño, que no estuvo en la escolta…
QUÉ HACER: comprender que cuando tu hijo amplíe sus horizontes sociales deberá enfrentarse a situaciones difíciles, propias de su edad. Tú deberás escucharlo, animarlo y orientarlo, pero no resolverle todos sus problemas por su propio bien.
9 CAMBIA PLANES DE VIDA
Ser mamá implica estar en plena for- ma mental y física, es una etapa gratificante y maravillosa que debes disfrutar sin abandonar tus sueños.
QUÉ HACER: sacúdete las culpas si eres mamá trabajadora; la maternidad, lejos de frustrar puede impulsarte, motivarte y enriquecer más tu vida. Si deseas continuar tus estudios o poner un negocio, hazlo. Serás fuente de inspiración para tu hijo.
10 MUCHA PRESIÓN
Hay días en que te asalta la angustia, si el bebé llora sin cesar, te mandan llamar de la escuela, tu mamá o suegra te critican… Sin duda, cada día te enfrentas a un reto nuevo que va más allá de la relación dentro tu núcleo familiar y que muchas veces te llenará de dudas.
QUÉ HACER: cada decisión acerca de la forma de disciplinar a tu hijo tiene repercusiones; sé paciente y no te dejes llevar por lo que los demás piensan de ti. Toma las mejores soluciones para ti, tu hijo y tu familia.