Padres e hijos

Síntomas de sobreprotección

¿Le das de comer y lo vistes de pies a cabeza? ¿Respondes tú a lo que le preguntan a él? Si tus respuestas son afirmativas, ¡atención! Tal vez se trate de sobreprotección.

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¿Le das de comer y lo vistes de pies a cabeza? ¿Respondes tú a lo que le preguntan a él? Si tus respuestas son afirmativas, ¡atención! Tal vez se trate de sobreprotección.

En el pasado se creía que la sobreprotección era una gran demostración de amor. Ahora sabemos que el cariño no es malo, pero sí necesario, y que la sobreprotección puede coartar la autonomía de tu hijo. 

 

Con esto nos referimos a esas conductas en las cuales los niños no pueden hacer las cosas por sí mismos como comer, vestirse, bañarse, etc. y que con el paso del tiempo se convierten en inercias que más que ayudarles, limitan su aprendizaje. 

 

Si lo piensas bien, no deja de ser normal que esto ocurra: ellos crecen a toda velocidad y tú no tienes la capacidad de cambiar tu esquema en tiempo récord. Siempre cuesta trabajo entender que los niños crecieron y que llegó el momento de que empiecen a hacer sus cosas por sí mismo. El resultado de todo ello es que sin darte cuenta, te estancas en conductas destinadas a cuidar a un bebé, cuando lo que tienes enfrente es un niño hecho y derecho.

 

Dices su edad en meses

 

Si cuando alguien te pregunta la edad de tu hijo, después de haber cumplido los dos años, tú respondes "veintitantos meses", es que todavía no has interiorizado que ya no tienes un bebé en casa. Aunque ya sabemos que no tienen nada que ver los 25 meses con los 30 (¡en cinco meses pueden suceder cosas asombrosas!), cuando cumple los doce meses su edad debería contarse en años.

 

Le das de comer y le vistes de pies a cabeza

 

A partir de los dos años, la mayoría de los niños quieren hacer algunas de estas cosas solos. Si bien es cierto que pedirán ayuda en numerosas ocasiones, otras veces eres tú quien por comodidad o por las prisas, impones el: "lo hago yo".

Foto: Pinterest

 

Decides por él 

 

Muchos niños no son conscientes de que hay muchas cosas sobre las que pueden elegir, sencillamente porque nunca se les ha dado la oportunidad para ello: el color de la bufanda, pasta o arroz, mandarina o fresas,, salir a dar un paseo o quedarse en casa… y así una larga lista de pequeñas decisiones que, además de contribuir a que se sientan "mayores", minimizan el riesgo de berrinches. 

 

Respondes tú cuando le preguntan a él

 

Es muy común hablar por él, como cuando era un bebé y no decía más que "nene" o "agua", bien sea en tercera persona ("Tiene casi tres años"), en primera ("Sí, voy a empezar el colegio dentro de poco, ¿verdad?") o en plural asociativo ("Nos gusta mucho la casa de los abuelitos.

 

Aún no se ha hecho ninguna herida

 

No esperamos que tengan las cicatrices de Rambo, pero quien más y quien menos a estas alturas ya se ha llevado algún "obsequio" de sus travesuras por el parque, en forma de chichón, rasguño o moretón. La ausencia de estas "heridas de guerra" puede indicar que eres demasiado cuidadosa con sus aventuras y que limitamos, por miedo, la posibilidad de caerse y… de levantarse.

 

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