¿Cómo se adapta tu gato a la llegada del bebé?

Los gatos tienen fama de ariscos e independientes y puede que te enfrentes al momento de tener que presentar a tu gato con el nuevo bebé en la familia. Este momento puede ser estresante pero también reconfortante. Aprender a manejar los celos cuando los niños conviven con gatos será esencial para ayudar a tu mascota a comprender los nuevos hábitos que se presentarán.

Tendrás que enfrentar un reto significativo con los felinos y, aunque los gatos son unas de las mejores mascotas para tener en casa si tienes hijos, tienen mucho sentido del territorio y una extrema sensibilidad a los cambios. Ellos pueden experimentar estrés y ansiedad con la presencia del recién nacido, los nuevos olores, sonidos como el llanto y la alteración en las rutinas familiares pueden desestabilizarlo.

Para esto, un especialista nos ayuda con algunas claves y consejos acerca de cómo hacer esta presentación y hacer que la transición sea lo más amigable posible. Carlos Gutiérrez, veterinario clínico en pequeños animales, divulgador, y fundador del canal "Mascotas y familias felices", dice que lo importante será que no dejes de dar atención y cariño al animal. Claro que es difícil, ya que el recién nacido ocupará gran parte de tu tiempo, pero el veterinario explica que es importante que el gato no se sienta desplazado. "No ignores a tu gato. Cuando llegues a casa, aunque lleves el niño en brazos, párate un momentito a saludar a tu gato así tu gato va a poder conectar por fin todos esos olores a los que ha estado expuesto antes y los va a poder relacionar directamente contigo y con su familia". 

¿Cuándo hacer la presentación?

Será necesario que busques el momento adecuado. El veterinario dice que cuando llegues a tu casa te pongas a hacer tus cosas y que dejes que la casa se calme, también que el gato se calme, porque tener un gato en tu casa implica eso: la emoción de verte cuando llegas, y es normal que querrá ese apapacho de siempre luego de no haberte visto después de varios días. 

Lo ideal sería no esperar al día siguiente. "Puede ser que llegues un poco tarde a casa, que estés cansada o que el bebé venga dormido y tú digas: 'bueno ya le presentaré mañana el gato', pero eso sería un error. Porque el bebé ya va a dormir esa noche en casa, posiblemente en vuestra habitación, es posible que incluso hasta cierres la puerta del cuarto y esas van a ser nuevas sensaciones que hasta entonces no había vivido". Gutiérrez recomienda que, aunque el bebé esté dormido, ya puedes presentarlo porque no requiere que el bebé esté despierto, simplemente hace falta que el gato empieza a reconocer al niño.

¿Cómo hacerlo?

Se recomienda que no fuerces la situación. Que no llegues y pongas el bebé frente al gato y que invadas su espacio personal, ya que tal vez tu mascota no reaccione del todo bien. "Tienes que dejar que sea él movido por su propia curiosidad el que poco a poco se vaya acercando. Deja que se vaya acercando poco a poco y que vaya olisqueando un poco su ropa, un poco la mantita en la que lo tengas envuelto y así, por él mismo se va a dar cuenta que el bebé no hace nada, solo dormir, y que no va a resultar una amenaza para él".

La premisa de que "El bebé es inofensivo" es primordial. Cuanto antes lo entienda tu gato, antes podrán estar tranquilos los padres para poder continuar con su vida con los desafíos que enfrentan en esta nueva etapa, sin tener que preocuparse por la mascota. 

Conforme vayan pasando los días y el gato vea que el niño puede llorar a veces, va a ir comprendiendo que ese ruido formará parte de algo normal en esa casa a partir de ese momento.

Claves para la convivencia

Para esto es importante que tu gato se encuentre en un correcto estado, esto es: desparasitado, vacunado y, si ves que aparece algún tipo de lesión en la piel o algo distinto, lo lleves rápidamente al veterinario para que se aplique el tratamiento correspondiente. 

"Tampoco recomendaría que dejases entrar al gato a la habitación del bebé cuando está durmiendo y sin que estuvieses delante para poderlo supervisar porque el gato puede ser que haya ganado mucha confianza con el bebé, que le tenga mucho apego y que se quiere tumbar muy cerca del bebé. Eso puede llegar incluso hasta dificultar la respiración del recién nacido. Además también si el gato se le duerme muy pegado a la cara, por ejemplo, o está encima del cuerpo puede ser que le dificulte el movimiento de su pecho de sus pulmones", explica. Es importante tener estos puntos en cuenta, ya que por la fuerza y el desarrollo del animal, este puede provocar algún accidente.

 Lo importante en este caso será tratar de modificar lo menos posible el ambiente del gato, sus ritmos y costumbres. Aunque el ritmo de la familia va a cambiar, si evitamos cambiar el del gato, esto traerá mayor tranquilidad a la familia para que el felino entienda que el nuevo integrante es muy importante para sus dueños y que debe cuidarlo igual que ellos lo hacen.