Incluso hay algunos himen que requieren de cirugía para evitar problemas serios de salud.
El himen es un repliegue membranoso de la fisiología femenina que está repleto de misterios e interrogantes. Además, para algunas culturas es considerado el dador de pureza y virginidad por lo que lo convierte en el tabú de que es algo «sucio» de lo que no hay que hablar en público.
Sin embargo, la realidad es muy diferente a lo que se piensa en el ideario social. El himen es una fina membrana que cubre la entrada de la vagina. Fisiológicamente y anatómicamente no cumple función concreta alguna y puede tener distintas formas e incluso hay algunas mujeres que nacen sin él.
Lo común es que esta membrana se desprenda o rompa cuando las chicas mantienen su primera relación sexual, aunque no siempre pasa de esta manera. En ocasiones llega a romperse porque la mujer realiza otras actividades como montar en bicicleta o cabalgar a caballo. Hay casos en los que no llega a romperse y necesita de cirugía.
El himen pétreo o el himen perforado, ocurre cuando no se rompe. esto es muy peligroso porque la sangre se va acumulando y puede causar problemas serios. Es grave para las mujeres pues con el tiempo presentarán problemas y dolores como los de la menstruación peros sin manchado.
Los especialistas recomiendan acudir al ginecólogo para realizar un diagnóstico de observación o en su caso, una pequeña incisión.
Cabe mencionar que el himen también puede estar parcialmente perforado permitiendo salir la menstruación. Pero a la vez esto puede causar problemas para introducir un tampón, por lo que también se necesitaría cirugía.
El himen es tan elástico que permite la penetración y la introducción de tampones en la vagina sin llegar a romperse. Esto puede tener especial trascendencia en culturas como la gitana o la árabe, en las que la virginidad se demuestra a través de un himen intacto.
Existe la posibilidad de que el himen se rasgue sin llegar a quebrarse del todo, dejando parte de éste, en forma de pequeños hilos, sobresaliendo por la parte exterior.
Es muy peculiar cuando ocurre, y más teniendo en cuenta que suele darse en chicas muy jóvenes, cuando acaban de tener su primera relación sexual, aunque también puede ocurrir tras un parto.
A pesar de ello, no hace falta alarmarse pues solo requiere una pequeña intervención. Si hay sangrado o dolor hay que acudir al ginecólogo y este realizará un pequeño corte con anestesia local para extirpar los hilos que hayan podido quedar.
TEXTO: RODRIGO GONZÁLEZ