Padres e hijos

Así es como afecta a la salud mental de un niño tener un padre ausente

Ya sea por fallecimiento, motivos laborales u cualquier otra razón, tener padres ausentes puede traer graves afectaciones emocionales en los niños. 

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La ausencia de uno de los padres (madre o padre) ya sea por motivos de trabajo, divorcio, muerte u razones más complejas como falta de responsabilidad o abandono, puede tener un impacto importante y significativo en el desarrollo de los niños. 

La figura de los padres es fundamental en la crecimiento de los niños, ya que brindan amor, apoyo, seguridad y guía. Cuando uno de los padres está ausente, los niños pueden experimentar una serie de efectos negativos que pueden impactar en más de un área en su vida y traer consecuencias durante su desarrollo. Según Laura Hernández Trejo, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, la ausencia del padre o la madre (o ambos) provoca, en primer lugar, una afectaciones principalmente en lo emocional.

Por esta razón es muy importante que los padres estén presentes en la vida de sus hijos y que se esfuercen por mantener una relación saludable y duradera con ellos.

La psicóloga universitaria reveló que la ausencia de uno o ambos padres puede tener una serie de efectos negativos en los niños y los más comunes son:

  • Baja autoestima: Los niños pueden sentirse menos valiosos o importantes si sus padres no están presentes en sus vidas. Esto puede llevar a problemas de confianza en sí mismos.
  • Dificultad para relacionarse con los demás: La ausencia de un padre o una madre puede hacer que los niños tengan dificultades para relacionarse con otras personas ya que les puede faltar habilidades para crear relaciones saludables y duraderas.
  • Estrés y ansiedad: Otro factor que puede provocar la ausencia de un padre es altos niveles de estrés y ansiedad para los niños. Su fuente de preocupación será qué les ha pasado a sus padres y por qué no están con ellos.
  • Problemas en la escuela: Los niños que no tienen padres presentes pueden tener problemas académicos como dificultades para concentrarse, problemas con la autoridad al seguir órdenes y problemas al relacionarse con sus compañeros.
  • Emociones negativas: También pueden experimentar una serie de emociones negativas, como tristeza, enojo y frustración. Estas emociones no deben ser reprimidas, sino que deben ser reconocidas y tratadas de manera apropiada.

"Si el niño está enojado, triste o enojado porque mamá y/o papá no están con él, no hay que minimizar esas emociones para ‘hacerlo sentir bien’. Hay que permitir que se exprese, y es mejor sentarse y preguntarle por qué se siente así, tratar de guiarlo en esa emoción sin intentar quitársela"–Laura Hernández Trejo, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM

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