Actualmente, la estructura de algunas familias está integrada por adultos divorciados, separados o viudos en las cuales tienen cabida los hijos menores o adolescentes de cada uno. Sin embargo, un medio hermano puede aparecer en la vida de un niño generando una completa revolución en la estructura familiar a la que estaba acostumbrado.
Muchas otras veces la nueva pareja buscará un bebé. En todos estos casos es importante ayudar a crear un ambiente que facilite que los hijos, entre ellos, se lleven bien. Fomentar la comunicación, el juego, el diálogo y el trabajo en equipo es central para mejorar la relación entre hermanos. Estos son algunos de los desafíos tienen que afrontar las familias reconstituidas.
Las relaciones entre medios hermanos son particularmente difíciles, ya que los niños muchas veces no entienden del todo las razones que los papás les pueden dar. Además de la variante de la convivencia cotidiana o esporádica de la relación.
Según la psiquiatra infanto-juvenil y terapeuta familiar de la clínica Alemana, la Dra. Michèle Barreau, en el artículo "Cómo enfrentar la llegada de un 'medio hermano'", las llamadas "familias ensambladas" incluyen a los hijos de cada uno de los nuevos cónyuges, quienes se convierten en hermanastros entre sí. Y comenta que, además, si los padres tienen hijos en común, estos serán los medios hermanos de todos ellos. "Esta situación, que es mucho más frecuente en la actualidad que hace 20 años, lleva a algunos especialistas a prever que en un par de décadas este tipo de vínculo será el más común".
Explica lo siguiente: "Estas nuevas familias incluyen relaciones más complejas que las tradicionales, ya que hay más actores involucrados y menor interacción entre ellos. Cada uno tiene pasados diferentes, lo que implicará situaciones bastante más difíciles, especialmente al comienzo".
Pero pone sobre la mesa otro tema interesante: explica que la llegada de un nuevo hijo podría ser una maravillosa oportunidad para unir a esta familia, ya que será un hermano que todos tendrán en común, pero esto dependerá de cómo se aborde la situación.

Por otro lado, Tere Díaz, terapeuta familiar y de pareja, asegura que es natural que nuestros hijos compitan entre ellos y también la atención, cariño y respeto. "Sin embargo, es tarea de nosotros reforzar entre ellos el compañerismo y el respeto. De esa forma, los ayudamos a crecer respetando sus propios límites y poniendo límites a sus hermanos. Este es un pequeño experimento de lo que es vivir en sociedad". Es por eso que la especialista da consejos clave para favorecer esta convivencia entre hermanos.
Consejos para manejar la situación
- Evita los favoritismos: "Ellos se tienen que sentir tratados de manera igualitaria. Todos deben tener los mismos derechos y obligaciones. Tener favoritos crea muchísimas rencillas. Sé muy claro con lo que les toca hacer y cambia los roles de vez en cuando. Sé concreto y demuestra todo. Por ejemplo, involucrar a tus hijos en las tareas del hogar será de beneficio porque así podrás asignar a cada uno una actividad concreta con el mismo peso para uno y otro.
- Ayúdalos a superar los conflictos: "Es natural que los hermanos tengan problemas y se peleen. Lo que no sirve es minimizar, llegar y evadir las resoluciones. Al principio, serás mediador en los conflictos; de esa forma, ellos aprenderán a resolver poco a poco y sin ti los problemas. Hay que encontrar soluciones justas, oportunas y constructivas", aconseja.
- Pon reglas concretas, claras y justas: Es importante que las normas que pongas sean claras, abiertas, explicadas y concretas. "Que ellos sepan qué va a pasar si actúan de una u otra forma y cuáles serán las consecuencias. Los límites dan seguridad y permiten que ellos sepan cómo deben actuar".
- En los conflictos y diferencias, enséñales a expresar sus sentimientos: "Si tú ayudas a tus hijos a que contacten, que tengan espacio para poder expresar y pedir lo que necesitan, resolverán muchas cosas con diálogos tranquilos". Puede que el cambio de familia sea muy fuerte para él y que esto provoque enojo, frustración o violencia. Si tu hijo no expresa sus emociones ayúdale a que pueda entrar en contacto con ellas y ponerlas en palabras. De esta manera se evitarán reacciones violentas.

- Favorece el trabajo en equipo: "Cada uno de los hijos tiene características, rasgos y actitudes diferentes. Si ayudamos a que exploten sus propias capacidades y las unimos, haremos un trabajo de colaboración maravilloso". Cuando tengan que convivir, esta será una herramienta imprescindible, ya que promoverá esa camaradería que pueden desarrollar aunque tal vez no se hayan criado juntos.
Recuerda, que el tiempo que otorgues y el respeto para que ellos generen sus propios vínculos entre sí, dependerá si ellos eligen crear una relación sólida a largo plazo, aunque tampoco es raro observar relaciones lejanas entre ellos cuando han crecido y no están obligados a compartir momentos con sus padres, por más que estos hayan tratado de unirlos.
Procura buenos momentos compartidos, convivencia divertida y respetuosa, tal vez así, puedas lograr más. Es importante que no impongas el afecto. Las relaciones se construyen con base en la convivencia a lo largo del tiempo para crear lazos afectivos. No por decreto de mamá o papá.