Tips para calmar a tu hijo tras una pesadilla
Ser capaz de dar alivio y contención a tu peque cuando sufre uno de estos episodios es todo lo que necesita tu hijo/a.
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Todos hemos tenido pesadillas y claro que no son agradables, pero como adultos podemos saber más o menos a qué se deben o por lo menos guardar la calma al despertarnos de ese mal momento. Las pesadillas en niños muchas veces generan tal aturdimiento que el pequeño solo puede llorar y pedir ayuda. Pedirle a un adulto que vaya a auxiliarlo.
Es importante que en ese momento, como papá o mamá, tengas las herramientas necesarias para calmar, consolar y sobre todo acompañar a tu peque para que se tranquilice y para que, eventualmente, pueda conciliar el sueño otra vez.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) las pesadillas aparecen usualmente a partir de los dos años y con mayor frecuencia a los tres. Se pueden presentar hasta los seis años de edad y tienden a ser cada vez menos frecuentes hacia la adolescencia.
"Las pesadillas son sueños que producen miedo, terror o angustia, el niño/a suele despertarse y recuerda lo que ha estado soñando una vez que ha despertado. Normalmente las pesadillas de los niños están relacionadas con estrés o con cambios importantes en su vida como puede ser: divorcio de sus padres, muerte de un ser querido, el nacimiento de un hermanito/a, etc.".
Carina Schwindt, psicóloga y neuropsicóloga de la cuenta "Psiconeuroinfancia", explica que las pesadillas, al igual que los sueños, ocurren en una fase del sueño en la que el cerebro está muy activo, el sueño REM, y que tienen las siguientes características:
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- Los pequeños van a llamar a sus padres y les van a contar aquello por lo cual sintieron miedo, y se van a calmar ante el consuelo de sus padres.
- Pueden recordar al día siguiente lo que les pasó.
- Son frecuentes a lo largo de todo el desarrollo.
Diferencia entre pesadilla y terror nocturno
La psicóloga explica, además, la diferencia con los terrores nocturnos que, si bien son muy parecidos, tienen algunas diferencias con las anteriores. Comenta que:
- Los terrores nocturnos aparecen dos o tres horas después de que el peque se durmió, en la transición del sueño más profundo al sueño más superficial (el llamado sueño no REM).
- Durante el terror nocturno es posible que el niño/a se siente en la cama, que grite con mucha angustia, "parecen como idos", aumenta la frecuencia cardíaca, la respiración se hace más rápida, pueden sudar y, si los padres o madres intentan calmarlos, no habrá caso, porque se calmarán por sí solos.
- Los terrores nocturnos no se recuerdan al día siguiente.
- Son poco frecuentes.
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Tips para calmar a tu hijo/a
El IMSS da algunos consejos para el momento en que debas auxiliar a tu pequeño/a:
- Ve de inmediato a atenderlo.
- Tranquilízalo y bríndale seguridad.
- Recuérdale que los sueños no son reales.
- Permítele que deje la luz prendida si esto lo hace sentir mejor.
- Una vez que tu niño/a esté listo, anímalo para que se vuelva a dormir.
- Por la mañana platica con él/ella acerca de su pesadilla, así también podrás averiguar si hay algo que le preocupa en casa, en la escuela, etc.
- Nunca lo regañes o castigues si va a buscarte a tu cama para que lo consueles.
Ya sea que tu hijo haya tenido o tenga pesadillas o terrores nocturnos, es bueno que sepas identificarlos y la idea es evitar que tu hijos tenga pesadillas constantemente. Préstale atención a lo que te cuente el día siguiente y, sobre todo, es importante que sepas cómo actuar en ese momento. Tu peque necesita que estés allí y que lo ayudes a sobrellevar ese momento de angustia.
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