Leguminosas, una rica fuente de hierro y proteínas

Por su alto contenido proteico son un alimento indispensable para el sano crecimiento y desarrollo de tu bebé

Las leguminosas son los alimentos de origen vegetal que poseen una mayor cantidad de proteínas, estas son de alto valor biológico y ayudan al crecimiento, renovación y reparación de diferentes tejidos, como los del intestino. Son una excelente fuente de vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavinay niacina) y vitamina E, y poseen minerales como calcio, zinc, potasio, fósforo y magnesio.

Los especialistas recomiendan incluirlas en la dieta del bebé a partir de los 7 u 8 meses de edad, cuando ya se han formado las enzimas encargadas de digerirlas en su intestino delgado. Si se las das antes, pueden provocar intolerancia o alergia. Hay que dárselas poco a poco, de una a tres cucharaditas cada tres o cinco días con el fin de identificar si es intolerante a ellas o no. Cuando ya esté habituado, puedes dárselas de dos a tres veces por semana.

Al prepararlas, no uses condimentos, grasa, salsas cremosas o aceite; solo cuécelas así tu nene identificará su verdadero sabor. Para lograr una mejor absorción del hierro que poseen puedes combinarlas con alimentos que tengan vitamina C como jitomates, cítricos o pimientos. Como las proteínas que tienen son inferiores a las de la carne, leche y huevos, y por su déficit en algunos aminoácidos , como la metionina y la cisteína, lo ideal es que las combines con cereales (arroz, trigo o maíz) para lograr un mejor balance de aminoácidos esenciales y lograr así proteínas de mejor calidad.

Para hacer purés o papillas, después de cocerlas machácalas y cuélalas para eliminar las cáscara y así obtener una masa suave. También puedes mezclarlas con papa o verduras. Esto ayudará a reducir el riesgo de sufrir gases o flatulencias.

Finalmente, gracias a todas estas propiedades, el consumo de leguminosas puede apoyar a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, padecimientos cardiovasculares y obesidad.