Padres e hijos

¿Cómo es criar en comunidad en México?

Dejar el individualismo y apostar a construir redes para la crianza es la nueva moda

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Salir del cascarón se ha vuelto tendencia. Dejar la individualidad en la que estábamos inmersos para echar mano de las personas de confianza que están a nuestro alrededor puede hacer que la crianza sea un proceso más solidario, sororo -porque la mayoría de las veces se hace entre mujeres- y más seguro. 

En la actualidad se está volviendo a la crianza entre madres, abuelas, vecinas, hermanas. Y suelen ser las mujeres quienes se ayudan entre sí, ya que dejar a nuestros pequeños/as con extraños puede ser sumamente peligroso y el desapego y la angustia que puede causar, tanto para la madre como para el/la hijo/a, tiene un costo anímico que podemos evitar si permanecemos dentro de nuestra red de contención. 

Algunas de las ventajas de esta práctica son la confianza que genera el poder pedirle a una mujer cercana, que probablemente también tiene hijos/as, que pueda de cuidar a los nuestros/as, la seguridad que provoca saber que el pequeño/a están bien cuidados, la inmediatez con la que podemos pedir un favor, la comunidad y amistad que se crea entre los hijos/as propios/as y ajenos/as, los de esta red, la posibilidad para el pequeño/a de crecer con una “familia ampliada” y la posibilidad de recibir más amor, de más manos y brazos. 

Sin contar la evidente ventaja del ahorro al no tener que contratar un niñero/a y la seguridad que da que nuestro/a peque se quede con una persona conocida. 

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Contar con una red de crianza

Victoria. tiene dos hijas: Ema de 9 y Frida de 4 años y vive con su madre. Tres generaciones que comparten la misma casa y cuidados. Ella nos cuenta su experiencia: “Creo que es algo muy común en México criar en comunidad. Yo me acuerdo que desde que nosotras estábamos chiquitas, mi tía -la hermana de mi papá- no trabajaba, su esposo sí, y ella cuidaba a sus 7 hijos. Y como nuestra escuela estaba muy cerca de ahí sus hijos -mis primos- nos iban a recoger y nos llevaban a su casa, y ahí comíamos y hacíamos tarea. Y en la tarde noche iban mis papás por nosotros y nos regresábamos aquí a la casa. 

Claro mi mamá es… híjole, algo básico en la vida de todo ser humano es: la abuela. Es un rescate, y yo creo que no hay persona con la que pueda realmente soltar tanto como yo lo puedo hacer con mi mamá. 

Claro que a veces Caro -su hermana- me puede ayudar algún fin de semana, pero en los horarios que trabaja ella no hay forma de que se quede a cuidar las niñas. Pero así a ojos cerrados, sin miedo a nada es mi mamá. Definitivamente. Y alguien que me ha ayudado mucho es Liz”.

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Liz era su vecina en la anterior torre de departamentos en donde vivía Victoria. También tiene una hija y se han hecho cercanas cuando eran vecinas, amistad que siguen frecuentando. “Yo tengo la confianza con Liz pero te voy a decir algo, al final de cuentas somos muy desconfiados. Y más por lo que se da en la televisión, noticias, todo. En cuanto a abusos a menores y todo eso. Entonces algo que me gusta de poder confiarle a Liz que me ayude con las niñas, o recogerlas en algún lado o que se queden en su casa, es el hecho de que está soltera. Es ella y las niñas. Y eso a mí me da tranquilidad. Si estuviera su marido o algo no lo haría. 

Yo creo que aquí en México es super común esto. Cuando yo voy a recoger a Frida (4) la mayoría de los que van a recoger a los niños son los abuelos. Ellos los disfrutan, viven otra etapa, es otro amor diferente porque ya no los crían, ya no está esa responsabilidad tan fuerte.

Esa red de apoyo yo creo que es básica en la vida de todos, definitivamente. Es que sino imagínate, ahora los trabajos tan absorbentes, los horarios tan largos, y el niño dejarlo solo en casa… 

Yo me acuerdo que cuando estaba en la secundaria, ya éramos más grandes, nos quedábamos toda la tarde solos. Y teníamos que hacernos de comer, limpiar la casa, mantenerla limpia, y así era. Porque los horarios de mis papás no permitían que estén, siempre han sido personas muy trabajadoras pero, te voy a ser sincera: yo sí creo que siempre es necesaria la supervisión de un adulto, sea la edad que sea. En algunos casos creo que no es posible y así tienen que ser las cosas, pero si hay opción, definitivamente siempre estar presentes, de alguna u otra manera. Mamá, papá, las abuelas”.

Por otra parte Paola tiene una beba de 11 meses y comenta que a ella su mamá le cuida a su hija mientras está trabajando. “Pero por ejemplo ella no me la cuida si quiero ir al cine, si quiero ir a tomar una cerveza. No. Solo me la cuida para ir a trabajar. Y mientras tanto obviamente recibe ayuda de mis sobrinas, que ya son más grandes, y de mi hermana.

En casa se ha usado mucho esa crianza en comunidad, porque a nosotros nos tocó compartir los cuidados con mis sobrinas, que vivían en la casa. No su educación pero sí sus cuidados, y obviamente éramos ejemplo. 

Y creo que pasa un poco con Catalina -su hija. Y de ahí en más, afortunadamente tengo en casa un esposo que se encarga de todo, realmente no tengo el conflicto de que llego de trabajar y tengo las ocupaciones del hogar y eso. Yo llego y lo único que debo hacer es encargarme de Catalina porque mi esposo se encarga de la otra parte. Y obviamente nos beneficia que está de Home Office”. 

También comparte que si ella llegara a contratar una niñera su madre se sentiría mal, que sentiría algo así como que su hija es una “ingrata” -lo dice exageradamente y entre risas- pero que sí consideraría que es una irresponsabilidad por el peligro que implica. “Y la verdad ese argumento es un punto que sí le doy la razón a mi mamá. Se ven una de temas acá, que la neta mejor no salgo o pido que hagamos algo donde pueda llevar a mi hija o que sea en mi casa”. 

Así, las redes se van tejiendo y no solo la familia de sangre se implica, sino que hay muchos casos más en donde tejer redes de solidaridad para la crianza ha vuelto a estar de moda.

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