Padres e hijos
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PÍDELE SÓLO UNA COSA A LA VEZ Y QUE SEA SENCILLA

Los niños pequeños no pueden retener ni ejecutar varias órdenes a la vez, y menos si son complejas.

ELOGIA, ELOGIA, ELOGIA

Dile: “Qué bien ordenaste hoy tu habitación”; será un estímulo magnífico para que tu hijo lo vuelva a hacer mañana. Es muy im- portante que especifiques claramente el comportamiento que elogias, como “guardaste tus juguetes en las cajas, ¡lo has he- cho muy bien!”.

COMPRUEBA QUE TE ENTENDIÓ

Pídele que te repita lo que le has dicho. Por ejemplo: “Por favor, lávate las manos antes de comer. Oye, ¿qué debes lavarte antes de comer?”.

SÉ MÁS PRECISA

Una instrucción como “recoge tu habitación” necesita más detalles; dilos paso a paso: 1, guarda los juguetes; 2, pon la ropa en su lugar…

 

SÉ CLARA, BREVE Y CONCISA

Si cada orden que das va acompañada con un sermón, tu hijo se desconectará de la conversación. Ve al grano y dale instrucciones breves; usa frases cortas: “Recoge tus juguetes antes de dormir, por favor».

AYÚDALE UN POCO

A veces es oportuno conducir a tu hijo hacia la actividad deseada, por ejemplo: tómalo de la mano sin recriminarle su des- obediencia. Hazlo con tranquilidad y diplomacia, diciéndole qué ha hecho mal y lo que deseas haga.

NO GRITES UNA ORDEN DESDE OTRA HABITACIÓN

Cada vez que le digas algo a tu hijo, hazlo físicamente cerca de él y míralo a los ojos mientras le hablas. Pídele que también te mire, así será más difícil que te ignore.

RUTINAS CALMANTES

Los niños necesitan rutinas y hábitos, esto evita abrumarlos continuamente con órdenes diferentes.

TEN CONTACTO FÍSICO SUTIL

Toca su brazo o el hombro; esto ayuda sobre todo cuando el niño está absorto en alguna actividad.

MUESTRA ORGULLO Y AGRADECIMIENTO

Añade adjetivos positivos que hagan referencia a su buena disposición: “Qué ordenado eres, estoy orgullosa de ti”, o “gracias por traerme mis lentes”.

NO REPITAS ÓRDENES

Es fácil decirlo, pero ¿cómo se consigue? Establece una consecuencia si tu hijo no obedece; di: “Ponte la pijama y lávate los dientes antes de me- terte a la cama”. Hasta que no haga lo que le pediste, no se puede meter a la cama.

NO SE DESAUTORICEN

Si como pareja se contradicen, tu hijo no sabrá a qué atenerse y aprenderá a hacer oídos sordos porque la autoridad está hecha un caos. También puede suceder que los padres compartan sus criterios educativos, pero los abuelos sean consentidores. Esto puede desubicar al niño y crear problemas.

CONCEDE TRES AVISOS

Es válido que cuentes hasta tres para que tu hijo haga alguna actividad, pero si llegas a tres no puedes volver atrás. Sé firme.

SÉ COMPRENSIVA

Tu hijo merece consideración. Por más que te desespere, intenta ser paciente y tierna.

NO AMENACES

Las amenazas no son la opción. Casi siempre, cuando estamos enojados, decimos cosas sin sentido. Mejor sé realista y cumple tus sentencias: “Si no guardas el triciclo lo guardaré yo durante toda la tarde”. No es bueno acostumbrarlos a obedecer bajo coacción. Hazle peticiones en tono agradable y positivo, mostrando confianza en que van a ser cumplidas. No olvides el elogio y conducirlo físicamente.

 

ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO POR PRIMERA VEZ EN LA EDICIÓN DE DICIEMBRE DE LA REVISTA PADRES E HIJOS

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