Como superar con éxito la rebeldía de los 3 años de mi hijo: ¿un pequeño adolescente en casa?

La famosa rebeldía de los 3 años, puede ser una etapa que puede resultar difícil para los padres, pero que es normal en el desarrollo. Se supera con firmeza y mucha paciencia.

La rebeldía de los 3 años es una etapa desafiante para muchos padres. De repente, ese pequeño dulce y tranquilo se convierte en un torbellino de “no”, berrinches y una necesidad inquebrantable de independencia. ¿Te suena familiar? No estás solo. Esta fase, a menudo llamada la “adolescencia de los 3 años”, es una parte natural del desarrollo infantil, donde los niños exploran sus emociones y ponen a prueba los límites. La clave para superar esta etapa con éxito, en la que un niño de 3 años es desafiante, no es la imposición ni la frustración, sino la paciencia, el amor y estrategias efectivas.

Este momento del desarrollo infantil se caracteriza por la afirmación de la autonomía, la oposición a las normas y la exploración de los límites. Es en este momento donde los niños comienzan a tener conciencia de su individualidad. Así lo explica la psicóloga infantil Agustina Ciprés.

Quieren hacer las cosas por sí mismos, el famoso "yo puedo solo", "no quiero". Se muestran más tercos… pero esta etapa es pasajera. Su YO necesita reafirmarse es por eso que se muestra desafiante con sus acciones.

A esta edad son comunes las explosiones emocionales (berrinches, llantos, frustración), la búsqueda de independencia (querer vestirse solo, rechazan ayuda) y las dificultades para compartir (aún en proceso de entender la empatía).

Es importante que a esta edad aprendan a frustrarse. PM.

A los 3 años, los pequeños están aprendiendo a manejar sus emociones, pero aún no tienen las herramientas para regularlas adecuadamente. Los berrinches en público o en casa, pueden ser una forma de expresar frustración, enojo o deseo de independencia. Dentro de las posibles causas de los berrinches a esta edad, encontramos: 

  • Falta de habilidades de comunicación: a veces no pueden expresar lo que quieren o sienten con palabras.
  • Deseo de autonomía: quieren hacer las cosas solos, pero aún dependen de los adultos.
  • Frustración ante límites: no comprenden por qué no pueden tener o hacer lo que desean.
  • Cansancio, hambre o sobreestimulación: factores físicos pueden hacer que reaccionen con más intensidad.
  • Necesidad de atención: a veces el berrinche es una forma de obtener la mirada del adulto.
Poner límites firmes y claros. PM.

Estas crisis son positivas y necesarias en el crecimiento, pero como tal son pasajeras. Es muy importante ayudarles a los niños a atravesarlas con éxito. Es una fase desafiante, pero fundamental para el desarrollo de la identidad y la autonomía.

¿De qué forma podemos los adultos acompañar este proceso?

1- Poner límites claros: sin ceder ante la exigencia, pero con contención, se recomienda ser firmes y consistentes ante aquellos comportamientos no aceptables (morder, golpear, romper), etc.

2- Mantener la calma: si ante sus rabietas nos ponemos nerviosos y levantamos la voz solo incrementamos el nivel de la tensión. Si el adulto pierde la calma el niño se desregula aún más. Mostrale cómo gestionamos nosotros las propias emociones es un buen punto para enseñarles cómo regular sus emociones.

3- Enseñarles a manifestar los enojos de manera asertiva: el enojo es una emoción válida, pero no habilita cualquier comportamiento. Ayudarle a pensar otras alternativas para tramitar lo que los frustra.

4- Mover el foco de atención: esta estrategia puede disminuir la intensidad del berrinche para luego poder pensar más tranquilos al respecto.

5- Dejarlos que se frustren: muchos padres se preguntan cómo desarrollar la tolerancia a la frustración en sus hijos. La respuesta es justamente esa. Muchas veces los niños tienen que entender que no siempre pueden tener lo que desean no importando cuánto lloren o griten.

Validar emociones y acompañar. PM.

6- Anticiparnos: poder entender qué situaciones pueden llegar a generar desbordes en el niño. Por ejemplo si está cansado y tiene sueño exponerlo a ciertas situaciones, por ejemplo como ir de compras, puede impulsar el berrinche.

7- Validar emociones: enseñarle a nombrar lo que siente.

8-No dar largas explicaciones: no explicar el por qué en el momento del berrinche.

9- Proponer alternativas: "esto no se puede, pero podemos hacer tal cosa".

Con el acompañamiento adecuado los niños aprender a regularse y los berrinches disminuyen con el tiempo. Es importante también destacar que poner un límite en el sentido de la previsión, implica frustrar a los niños desde pequeños, y es necesario frustrarlos del logro de una satisfacción inmediata y desmedida, porque aprenden a soportar el recorrido entre el placer y el displacer que hay que poder transitar en el camino de la vida.

Para finalizar, la psicóloga hace referencia a una frase del psicólogo Fernando Osorio -autor de Hijos perturbadores, negativistas y desafiantes- que considera de suma importancia: "Muchos padres también se preguntan hasta dónde el 'no' es autoritarismo o represión. No terminan de advertir que el 'no' es algo que necesita un niño o un adolescente para poder comenzar a distinguir lo que está bien de lo que está mal".

Recomendamos en