Durante el embarazo, el cuerpo y la mente atraviesan constantes cambios que pueden generar ansiedad o tensión. En este proceso, es importante saber cómo aliviar las molestias del embarazo con yoga. Esta disciplina se convierte en un gran aliado para cultivar la calma y el bienestar. A través de asanas suaves y seguras, es posible relajar la musculatura, mejorar la respiración y conectar con el bebé. Además, estas posturas ayudan a reducir molestias comunes como el dolor lumbar y la hinchazón.
El yoga prenatal se enfoca en movimientos conscientes y adaptados a las necesidades de cada etapa del embarazo. Practicar asanas con regularidad no solo fortalece el cuerpo y mejora la postura, sino que también promueve la relajación y el equilibrio emocional.
Posturas como la del niño, por ejemplo, ayudan a aliviar tensiones en la espalda y la cadera, mientras que ejercicios de respiración profunda favorecen la oxigenación y reducen el estrés, ayudándote a equilibrar tus emociones. Lo importante es escuchar el cuerpo y realizar cada movimiento con suavidad, siempre respetando los límites y, si es posible, bajo la guía de un instructor especializado en esta área del yoga prenatal.

Para saber más sobre el tema, hablamos con la instructora Ana Cristina Sánchez Hinostroza, especialista en yoga prenatal, quien nos indica cuáles son las posturas más cómodas y relajantes, considerando los beneficios de la práctica de yoga durante el embarazo.
Niño (Balasana)
Esta es la postura ideal para el descanso, en el embarazo solo hay que abrir más las piernas para dar espacio a la pancita. Es importante hacer uso de cojines entre las rodillas o en la frente si vas necesitando más lugar.
Resulta muy útil para darte un espacio de calma en el día agitado y ayuda a activar tu sistema parasimpático. Libera la tensión de la espalda baja (una zona muy afectada durante el embarazo), relaja las piernas y los pies al aumentar la circulación.

Postura del Gato-Vaca (Marjaryasana-Bitilasana)
La espalda en el embarazo tiende a llevar mucho peso, así que una postura como esta que alterna movimiento en la columna, se siente muy bien conforme avanzan los meses. Permite aliviar la tensión muscular en la espalda y caderas y propicia el flujo del oxígeno hacia el útero. Puedes incluir también movimientos circulares en la cadera y la sensación de alivio aumenta.
Torsión del Gato (Variación de Marjaryasana)
Durante la fase prenatal se tienden a evitar las torsiones para no caer mucha presión en el abdomen, sin embargo, esta es una de las asanas que se puede realizar de manera segura, siempre y cuando no se haga con demasiada intensidad. Permite suavizar las tensiones en hombros y cuello; crear movilidad en la espalda media y alta, mejorar la digestión y, sobre todo, aumentar la respiración por el espacio en la caja torácica, la cual se ve comprometida conforme avanzan los trimestres.
Postura del Corazón Derretido (Anahatasana)
Con el apoyo adecuado de cojines en la frente y pecho, esta postura es una verdadera delicia para el dolor de lumbares. Permite relajar los hombros y sobre todo abrir el pecho para respirar de manera más profunda. Debido a que la frente se encuentra en el piso, y por lo general ojos cerrados, también ayuda a crear un momento de calma en la ocupada mente de la embarazada.

BONUS: Postura de la Guirnalda (Malasana)
Si bien el enfoque no es la calma, esta es una de las posturas más recomendadas en el yoga prenatal. Permite abrir las caderas en preparación al parto, fortalecer el suelo pélvico, mejorar la digestión (muy afectada en la mayoría de los embarazos) y sobre todo, ayuda a ir preparando el descenso del bebe en las últimas semanas del embarazo. Puede ser mucho más relajante si se usa un cojín debajo de los glúteos, sobre todo al final.