Psicomotricidad: más allá de sólo saltar y correr
Los niños utilizan de manera cotidiana la psicomotricidad y la aplican al correr, saltar o patear con la pelota.
Los niños utilizan de manera cotidiana la psicomotricidad y la aplican al correr, saltar o patear con la pelota.
Esta técnica o disciplina nació a principios del siglo XX con el neurólogo Ernest Dupré, que descubrió que había una relación entre varias anomalías mentales y psíquicas con las motrices.
La psicomotricidad es una técnica que tiene como objetivo el desarrollo de las habilidades motrices, expresivas y creativas del niño a través del cuerpo, lo cual significa que este enfoque se centra en el uso del movimiento corporal. Está basada en la relación psicosomática (cuerpo-mente), es decir, que todas aquellas experiencias motoras que le brindemos a los niños, le ayudarán a que logre nuevas habilidades y modificar lo que se aprendió antes. En el lado de la mente, se refiere a todo lo relacionado con su personalidad, autoestima, conocerse a él mismo, relaciones , emociones. Y, el lado de la motricidad se refiere al conocimiento, conciencia de su cuerpo, moverse, manipular objetos, equilibrio, contacto.
La psicomotricidad considera al movimiento como medio de expresión, de comunicación y de relación del ser humano con los demás ya que desempeña un papel importante en el desarrollo armónico de la personalidad y la socialización, puesto que el niño no solo desarrolla sus habilidades motoras sino también aquellas relacionadas a lo intelectual, lingüístico y afectivo. Así que el desarrollo de la psicomotricidad se puede dividir en tres partes:
- A nivel motor: permite al niño dominar el movimiento corporal
- A nivel cognitivo: permite mejorar la memoria, atención, concentración y creatividad
- A nivel social y afectivo: permite a los niños conocerse mejor ellos mismos, afrontar sus miedos y relacionarse con los demás.
A nivel motor: permite al niño dominar el movimiento corporal
A nivel cognitivo: permite mejorar la memoria, atención, concentración y creatividad
A nivel social y afectivo: permite a los niños conocerse mejor ellos mismos, afrontar sus miedos y relacionarse con los demás.