Cómo saber si tu hijo te 'tomó la medida' según un experto

¿Tu hijo intenta negociar a diario sobre cosas esenciales como bañarse, comer o cepillarse los dientes? ¿Sientes que tienes que hacer estrategias constantemente para que esté feliz y acceda a tus pedidos? Puede ser que tu hijo te esté tomando la medida.

Esta frase tan común que a los padres los aterra "tu hijo te tomó la medida" se refiere a los desafíos que el niño plantea cuando se pone rebelde y no acata los límites que los padres ponen en las rutinas diarias.

El arte de educar a los hijos tiene sus secretos, ya que en ocasiones no crees que tu pequeño pueda llegar a probarte con sus actitudes, no es la idea que tu niño sea violento con sus padres, pero ten cuidado, ya que estás frente a un maestro que te está poniendo a prueba día a día para ver hasta dónde puede o no ganar terreno.

La psicóloga Alejandra Mignani explica este fenómeno propio de la crianza y da algunos tips esenciales para lograr poner límites, generar hábitos y, sobre todo, que el niño aprenda que por cada acto existen consecuencias, que pueden ser negativas o positivas. 

Muchas veces no crees que tu pequeño pueda llegar a probarte con sus actitudes. PM.

Algunos de los puntos más importantes a tener en cuenta en el día a día, son: 

-Cuando das una orden no le pidas por favor: es un error que comenten los padres. Actualmente existe mucha información acerca de la crianza respetuosa de niños y niñas y esto suele confundir a muchos padres. Cuando el adulto dice: "Lávate los dientes, por favor, ponte los tenis, por favor" es un error. Si es una orden no es por favor. Porque la característica de un favor es que quien lo escucha puede decir 'lo hago o no lo hago, se puede decir que sí o que no'. 

-Adhesión a rutinas: todo lo que se incorpora dentro de una rutina deja de ser una orden. Si todos los días el niño se despierta y hasta que no se lava los dientes no puede bajar la escalera, por ejemplo, eso ya no se discute. No hay lugar a las deducciones del niño de "hay un cepillo de dientes arriba y uno abajo, hoy no me los quiero lavar, no están sucios mis dientes, no comí dulces'. Nunca entres en esta conversación. No se discute este tema. Por lo tanto: todo lo que incorpores dentro de la rutina deja de ser una lucha. El tip es: armar rutinas consistentes para las cosas que hay que hacer todos los días, como higiene, vestirse, alimentación, dormir. Es importante tener hábitos saludables para el buen sueño de tu bebé o niño, así como para la alimentación y baño. Que sea siempre más o menos a la misma hora y de la misma manera.

-Para que haya excepción tiene que haber regla: todo lo que quieras hacer como padre o madre de manera libre, espontánea, que enseña un montón de cosas, primero hay que crear una rutina para que después eso sea una excepción. No se puede todos los días 'negociar' dónde se va a comer, por ejemplo. Siempre se come en el mismo lugar y luego algún día, como excepción podemos comer en la cama, o salir a comer afuera. 

Aunque tu hijo llore, hay cosas que no son negociables. PM.

Es importante que puedas poner límites sin llorar en el intento, para que no todo sea una pelea. Con la regla primero luego la excepción es bienvenida, y es una fiesta y es divertida y entrenas flexibilidad en tus hijos, pero antes se debe hacer estructura. 

-Cambiar 'premios y castigos' por consecuencias: cuando el niño tiene consecuencias es consecuencias de sus actos. Esa es la definición. Uno es consecuente si obra como uno piensa, si uno hace lo que dice. Entonces en vez de utilizar esto que antes de usaba, 'premios y castigos', que yo adulto te doy un premio -o un castigo- aplica igual, tú niño quedas cosificado, 'a la buena' de mi autoritarismo. 

Las consecuencias pueden ser positivas o negativas. Por ejemplo: si comes la verdura que tiene fibra, de postre puedes comer alguna cosa con chocolate, un dulce, un pan. Porque ya incorporaste la fibra en la comida. Si no comes las verduras en la comida y no incorporas fibra, de postre la vas a tener que incorporar en una fruta. Se hace muy corta la explicación al niño, una declaración corta. Si el niño hace un berrinche no hay mucho que pueda negociar ni decir, el padre o madre se puede tomar de una sola premisa y luego ser consecuente. 'Si comes bien, puedes elegir el postre, si no comes bien, el postre lo elijo yo'. Luego el niño ya sabe lo que tiene que hacer, no hay lugar para la negociación. Y el tip aquí es no sumar explicaciones o motivaciones. Con la premisa tiene que bastar.

No intentes ofrecer cada vez más motivadores. Esto puede tener el efecto contrario. PM.

-Todas las estrategias para persuadir a un niño no sirven: si uno incluye más motivaciones para que el niño acceda puede cometer el efecto contrario, porque allí en niño encuentra un goce en todas las estrategias. Por ejemplo: el niño no se quiere meter a bañar y la madre o padre ofrece juguetes, burbujas, un dulce luego del baño... todo eso es ganancia para el niño. El niño no se quiere meter a bañar y ¿por qué lo haría? Entonces lo que piensa es: ¿a ver qué más me puede ofrecer? Entonces cada vez que se enfrenten a la misma situación, todos los días, será una negociación cada vez mayor y desgastante para el adulto. 

Esto sería lo indeseable. Alguna vez puede funcionar y los adultos lo hacen porque resulta más económico, pero el tema es que 'te van tomando la medida'. Este recurso se puede usar en otros momentos, pero no para las cosas del día a día, para lograr cooperación, no.

-"El niño que no choca con el límite, choca con el hartazgo”: esto es por ejemplo, cuando un padre le pide al niño que vaya a bañarse y el niño dice que 'ahora va'. El padre lo vuelve a decir y recibe la misma respuesta. Y esto multiplicado en varias veces, por ejemplo diez veces, hasta que el adulto llegue al hartazgo y explote. Allí es cuando el niño registra los gritos, el enojo y por fin se mete a bañar. 

Ese es el hartazgo, a la vez número 10 hay gritos. Y eso funciona con dos adultos, por ejemplo, pero con el niño no funciona, porque lo que el niño entiende es que 'hay más chances'. Piensa: 'es la vez número tres que me lo pide, hay más oportunidades'. Entonces se va acostumbrando a que, hasta que no llegue a la diez, no se mete a bañar. Hay mamás que dicen: hasta que no grito no me hacen caso. 

El tip aquí es "gritar" en el ensayo dos o tres. Primero el adulto estará actuando -porque aún no siente ese nivel de enojo y hartazgo- pero el niño recibirá la información ambiental de que sí. Por eso "el niño que no choca con el límite, choca con el hartazgo”, y esto es para que el adulto no llegue a ese límite. 

La clave es mantener los límites y ser consecuente con tus premisas. PM.

La especialista hace hincapié en que las consecuencias son claves para que este tipo de situaciones no se den constantemente y que todo sea una 'lucha' y una negociación constante. Cuando el niño entiende que las consecuencias son productos de sus actos y que no es el adulto quien lo limita, el comportamiento cambia. 

Es importante como padres mantenerse firme con los límites y las premisas. Educar con paciencia pero con límites claros y un discurso coherente. 

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