Aunque la sociedad suele valorar la extroversión, los niños introvertidos poseen cualidades únicas que los hacen brillar. Su mundo interior es rico y profundo, y con el apoyo adecuado, pueden desarrollar fortalezas extraordinarias. Descubre cómo potenciar lo mejor de su personalidad.
Comprender la introversión como un rasgo de personalidad y no como un obstáculo es clave para ayudar a tu hijo a crecer con confianza. En lugar de forzarlo a encajar en modelos de socialización que no le son naturales, es importante descubrir y fortalecer sus talentos, permitiéndole desarrollarse a su propio ritmo. El psicólogo infantil Edson Tapia nos comparte su punto de vista y nos habla de este rasgo particular.
¿Consideras que los niños extrovertidos tienen fortalezas particulares?
Todos los niños pueden tener fortalezas, sean extrovertidos o invertidos, la cuestión es que muchas veces asociamos el término introvertido con algo malo, y en realidad no es algo malo, es un rasgo de la personalidad ser introvertido.
Si bien un niño a los cinco años no tiene una personalidad establecida, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (MDE) y muchas investigaciones, se considera que la personalidad se establece a partir de los 18 años, cuando la persona alcanza la mayoría de edad en muchos países. Entendemos que el niño no tiene una personalidad desarrollada, pero sí ya está desarrollando o está en el proceso de desarrollar algunos rasgos y el ser introvertido no necesariamente tiene que ser malo, hay niños que pueden ser muy callados pero, por ejemplo, ser una persona muy inteligente.

Voy a citar un ejemplo que puede sonar absurdo, pero no lo es: un niño autista. Tiene una condición mental. Según los Manuales Diagnósticos de Trastornos Mentales es un trastorno -Trastorno del espectro autista, TEA- pero de alguna manera tenemos que entender que como condición mental el niño callado por naturaleza se aísla y, según el grado de autismo, quizá se aísla, pero es parte de sus rasgos de personalidad y puede ser muy brillante en matemáticas, en los videojuegos, en diversas áreas, pero no tiene por qué ser necesariamente malo.
¿Qué pasa con los papás?
A veces los papás yo creo que pecan en pensar “es que es para preocuparse, no convive con nadie, no socializa, no juega con nadie”, y hablando de un niño que no tenga ningún tipo de patología, no deberían de preocuparse por estos niños que parecen autistas, pero no lo son, realmente puede ser eso: que solo son introvertidos.
Hay niños a quienes no les gusta salir porque les gusta estar con un rompecabezas o les gusta estar en su casa dibujando o les gusta de alguna manera estar jugando con sus juguetes, y tampoco tiene que ser al 100% malo, solamente que como los papás de alguna manera se acostumbran a que los niños "tienen que" jugar con otros niños, "tienen que" salir, entonces ya ven como que “algo anda mal” y necesitan llevarlo al psicólogo.

¿Con qué tiene que ver tener una personalidad introvertida?
Cuando hablamos de personalidad hablamos de genética y ambiente. Hay personas que venimos con rasgos de alguna manera heredados por nuestros padres, pero, por así decirlo, venimos con un 50 y 50.
Yo traigo unos rasgos heredados por mis padres, pero puede que se potencien de alguna manera para que queden “dormidos” según lo que el ambiente me da muchas veces. El niño puede se puede traer unos rasgos de ser un niño abierto o platicador y de repente en casa vive violencia, pues quizá lo más normal es que el niño se vuelve introvertido, por miedo. El ambiente, el contexto determina muchas veces el cómo la personalidad se va a moldear.
¿En qué momento podría llegar a ser preocupante?
Son rasgos sí, pero a veces sí puede haber problemas en los que el niño de pronto se aísle, por ejemplo, que esté sufriendo depresión, que sufra de bullying, es decir, que lo violenten otros niños, o que pueda vivir algún tipo de abuso, es bastante normal que sea introvertido y sí necesita ayuda, pero no para ser sociable, sino para trabajar este trauma.
En general son rasgos, pero no está de más acercase al niño y preguntarle si quiere jugar con otros niños, que nos cuente por qué no quiere si no quiere, que nos cuente por qué no quiere salir, etc.
Yo soy de la idea de que siempre es bueno comunicar, que entre más comunicamos, de alguna manera podemos resolverlo, ir gestionando situaciones; porque bien el niño nos puede decir “sí quiero, pero me da vergüenza” y quizá ahí podemos ayudar y acompañarlo.

Mutismo selectivo
Existe un trastorno que se conoce como mutismo selectivo, que tiene que ver con algo muy curioso: el niño no habla con nadie y de hecho muchas veces piensan que es un problema de lenguaje, tanto en la escuela, los médicos, los amigos, la familia, etc., pero casualmente el niño puede platicar, reírse, gritar cuando está en confianza.
El tema del mutismo selectivo no es como que el niño no puede hablar, el niño sí puede, pero en contextos donde no está confianza es como si se quedara mudo, la ansiedad le gana.
El niño elige con quién hablar, pero entre esa elección hay mucha ansiedad por medio. Y se puede ver en niños de 5, 6, 7 años. Es un trastorno de ansiedad infantil, donde el niño es muy selectivo.
Por eso siempre comunicarse con el niño ayuda para entender y no juzgar.
Ser introvertido no es una debilidad, sino una manera especial de estar en el mundo. Con el acompañamiento adecuado, tu hijo puede convertir su introspección en creatividad, su preferencia por la calma en fortaleza y su amor por la reflexión en una ventaja para su crecimiento personal.